
En aras de contribuir al debate en curso sobre el Proyecto de Constitución, Cuba Posible ha pedido a un grupo de intelectuales y especialistas en diversas materias que responda a la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los siete temas que usted considera imprescindibles analizar en la reforma constitucional y por qué? Solicitamos que las propuestas fueran redactadas de la manera más concisa posible (una cuartilla) con el objetivo de generar documentos precisos, de lectura amena, con ideas interconectadas de fácil comprensión y asequibles al mayor número de personas, ya que la tarea de pensar y diseñar la Cuba a la que aspiramos, nos corresponde a todos. A continuación mostramos las opiniones del periodista Julio Batista.
-Reforma del sistema parlamentario cubano. Una Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) que funciona apenas en dos ocasiones al año ha entregado el poder real de la toma de decisiones al Consejo de Estado. Precisamos una ANPP funcional, con diputados profesionales y que se dediquen a velar por los intereses de sus electores. Como consecuencia, en la ANPP recaería toda la función legislativa y el Consejo de Estado podría desaparecer con las funciones que hoy posee.
-Elecciones de representantes populares (desde los Delegados de circunscripción hasta el Presidencia de la República). Las “Comisiones de Candidatura” han servido como mecanismo de filtrado para asegurar la llegada de funcionarios “convenientes” a cargos públicos en los diferentes niveles del Poder Popular. La eliminación de estos mecanismos es esencial para democratizar la elección y postulación de representante populares. Además, la elección de un cargo envestido de tanto poder y relevancia como el Presidente de la República, debería realizarse mediante el voto directo y secreto de cada uno de los ciudadanos cubanos en edad electoral, garantizando ese derecho a quienes se encuentren fuera del país al momento de la elección.
-Transparencia y acceso a la información de relevancia pública. Toda información generada por funcionarios públicos ha de estar a disposición de los ciudadanos, con el fin de que estos puedan fiscalizar el ejercicio de los mismos. La transparencia en cada uno de los pasos gubernamentales para con los ciudadanos debería ser un principio ético inviolable.
-Derechos civiles y políticos de la ciudadanía (asociación, disenso). Las libertades civiles, tales como los derechos a manifestaciones pacíficas y de asociación, deberían estar garantizados por el cuerpo constitucional. Además, debería garantizarse la no discriminación por motivos políticos, algo que “convenientemente” se obvia en el actual Proyecto. Así mismo, otro debate importante es sobre el sistema unipartidista cubano, el cual no garantiza la representatividad política de todos los sectores del país.
-Medios de comunicación: su estatus y forma de propiedad. Los medios de comunicación en Cuba han sido uno de los sectores peor representados en el actual Proyecto (como era de esperar, teniendo en cuenta la conformación de la Comisión redactora). Temas como la propiedad de los medios —ni siquiera se reconoce la propiedad cooperativa— debería ser motivo de análisis profundo. Más que la propiedad debería garantizarse un cuerpo legal que vele por los intereses de los consumidores y la calidad periodística y rigor de los contenidos presentados, y porque los mismos no violen las normas éticas de la profesión.
-Papel del Partido Comunista de Cuba (PCC) dentro de la realidad cubana actual. El unipartidismo ha significado para Cuba la segregación de quienes no comparten las ideas del PCC al 100 por ciento. En tanto se mantenga este sistema es imposible garantizar la democracia real y la participación plena de todos los ciudadanos. En cualquier caso, el Artículo 5 debería suprimirse. Nada ni nadie debería estar por encima del Estado y las leyes de un país.
-Formas de propiedad. Un tema muy debatible es el reconocimiento de nuevas formas de propiedad dentro del proyecto constitucional. Especialmente con la acotación realizada en el correspondiente artículo donde se reconoce que el Estado “estimula aquellas de carácter más social”, pues pone en franca desventaja a la propiedad privada y personal. Además, vale la pena revisar el nuevo concepto de la propiedad socialista de todo el pueblo: “en la que el Estado actúa en representación y beneficio de este como propietario”.