
He leído varios trabajos publicados en el actual ¿debate? entre centristas y ¿extremistas?; en algunos de los segundos percibo la apelación al pasado anti-comunista en nuestro país. ¿Una vía para legitimar la exclusividad del PCC como único partido? ¿Una justificación a la intolerancia manifiesta hacia cualquier otra corriente ideológica de pensamiento?
Sea cual fuere la motivación, ciertamente es difícil no aferrarse a esa tesis, pues nuestra historiografía es en verdad reacia a reconocer las grandes oportunidades que se abrieron para el Partido Comunista durante los más de 15 años que transcurrieron tras su legalización. Lo usual es la imagen de una organización hostilizada en medio de una sociedad llena de tabúes hacia la ideología marxista, que muestra al Partido en permanente oposición a las fuerzas políticas del país y en desventaja en cuanto al acceso al poder mediático. El enfoque en cuestión reduce la historia de esa organización a sus primeros 13 años de existencia, que transcurrieron en la ilegalidad, y minimiza el hecho de que el cubano, junto al chileno, fueron los primeros Partidos Comunistas de América que llegaron a tener participación en un Senado y una Cámara burguesas.
Haber formado parte del sistema político republicano durante 15 años (1938-1953), condicionó que el Partido dispusiera de una plataforma mediática que le permitió interactuar con la sociedad para desarrollar su labor ideológica. A continuación mencionaré los más significativos:
La Editorial Páginas -ubicada en Obispo no. 65, dpto. 7, apartado 2213-, pretendía ampliar la cultura de la población al publicar obras de autores nacionales y extranjeros que aportasen al desarrollo de la conciencia ciudadana, entre las publicaciones hubo mucha literatura marxista. También poseía la Librería Páginas, calle O¢Reilly 503 entre Bernaza y Villegas, Apartado 2213, donde se vendían los libros de la editorial. También en función de la promoción literaria contó con Ediciones Sociales (1939-1947), Ediciones del PSP (1944-1954), Ediciones de la Revista Fundamentos, Ediciones de la Gaceta del Caribe y Ediciones de Mil Diez.
Según testimonio de Ramón Nicolau, para aminorar los gastos ocasionados por el traslado de los voluntarios cubanos a la guerra en favor de la República española, fue creada una agencia de pasajes con oficinas en la Manzana de Gómez, por la calle Neptuno. Ella economizaba un 15 por ciento en el precio de los pasajes y, una vez cumplida esta misión, quedó en actividad operada por el Partido durante varios años.
En 1938 fundaron la productora cinematográfica Cuba Sono Film, cuyo propósito era propagandístico y de denuncia. Conjuntamente con ella, se organizó la distribuidora de películas Blue Ribbon Films. La tarjeta de presentación ofrecía los siguientes servicios: alquiler de amplificadores, fotografía comercial, filmaciones y proyecciones de películas de 16 mm, documentales educativos, sociales, etc. Además, brindaba servicio de amplificadores en los actos de masas organizados por los sindicatos. Su sede inicial estuvo ubicada en un edificio de la calle Calzada no. 1006, entre 10 y 12, Vedado. Más adelante se trasladaron a una casa amplia en la calle San Miguel no. 566, entre Gervasio y Belascoaín. Allí montaron un buen laboratorio fotográfico y contaba con mejores instalaciones y equipos de cine, de sonido y de fotografía.
Aunque el Partido llegó a tener su propia emisora radial a partir de 1943, desde mucho antes dispuso de una amplia programación a través de la que propagaba su ideología. Veamos unos pocos ejemplos: “Orientación Popular”, de 12 a 1 p.m., por la CILBF/1280 kc; “Las charlas socialistas democráticas”, de 7 a 8 p.m., por CMCM, CMCK y CMBZ; “Doctrina y Acción”, con dramatizados biográficos de 20 minutos sobre líderes comunistas como Carlos Marx, V.I. Lenin, José Stalin, entre otros, de 8 a 9 p.m, por la CMBF/1290 kc.
Su órgano oficial fue Noticias de Hoy, aparecido en mayo de 1938. Tuvo un precio de dos centavos, y dos ediciones, una en la mañana y otra vespertina. Se subvencionaba por suscripción popular, en menor medida, y por publicar anuncios de productos y servicios, especialmente de empresarios y profesionales cubanos. También anunciaban la Lotería Nacional. Los ingresos obtenidos le permitieron tener su propio taller de impresión, ubicado en Desagüe Nos. 108 y 110, Apartado no. 2422, Dirección Telegráfica: Noti–Hoy, Habana.
Se programaban actividades para niños y jóvenes, como “Teatro Infantil de Hoy”, “Teatro Popular de la Juventud” y los “Sábados Festivos de los jóvenes del pueblo”, en Zulueta 660 (altos) con bailables incluidos; y era costumbre que se organizaran actos públicos de carácter político cultural en el estadio “La Polar”.
Tras el fin de las alianzas logradas durante la Segunda Guerra Mundial los comunistas cubanos se vieron afectados en alguna medida, pero nunca dejaron de participar en el juego de la política y de disponer de las plataformas mediáticas que lo hicieron posible.
Para las elecciones de 1944 el Partido Comunista continuó en el bloque gubernamental, pero perdió ante la Alianza Auténtico-Republicana, y Ramón Grau San Martín obtuvo la presidencia. Con Grau (1944-1948) se inició el período de los Auténticos, y aunque su campaña electoral se centró en la propaganda anti-comunista, después no realizó acciones radicales contra el movimiento comunista y sindical.
Por el contrario, en momentos de defensa de ciertos intereses económicos, se apoyó en líderes comunistas. El buen clima entre comunistas y auténticos se reflejó de forma evidente en la misiva que Ángel Augier enviara a José Antonio Portuondo en febrero de 1945:
“Ya sabrás nuestras muy cordiales relaciones con Mongo. La cosa se está poniendo buena. Juan dijo un formidable discurso sobre Martí en el Senado el día 28, con la asistencia del Presidente. Ayer mismo fueron Juan, Blas, y Lázaro a Palacio a comunicar al Presidente los acuerdos de la asamblea del Ejecutivo que acaba de celebrarse, y en la que se resolvió apoyar todas las medidas del gobierno a beneficio popular. Dice Juan que Mongo se expresó en términos muy laudatorios para el Partido y para el apoyo que recibía, así que yo creo que podemos impulsar cosas buenas.”
En carta de Nicolás Guillén a Portuondo, del 8 de febrero de 1945, se lee:
“Grau se muestra en magnífica postura en cuanto a la CTC. Asistió –lo verías- a un acto en el edificio en construcción, y se comprometió solemnemente a dar el resto de la plata que hacía falta para terminarlo. Sujétate: ochocientos mil pesos. Concedió aumento a los obreros azucareros; dictó un decreto (al cesar la Ley de Alquileres) prohibiendo los desahucios siempre que el inquilino deposite el dinero en el juzgado; dictó también otro decreto prohibiendo los desalojos campesinos; ¡y visitó el periódico Hoy!”
La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945 y Estados Unidos emergió como potencia hegemónica. Las tensiones con el naciente campo socialista irían en aumento, sobre todo desde 1947 por las contradicciones en el Berlín ocupado. Los antiguos aliados volvían a enfrentarse, esta vez en conflictos más políticos e ideológicos que militares. En consecuencia, sobrevino la política de “Guerra Fría”, cuyo objetivo fundamental fue el anti-comunismo. Esta propició cambios en la actuación del gobierno de Grau. Las evidencias más apreciables estuvieron en la abierta presión sobre el movimiento sindical: asaltos a locales para interrumpir reuniones, suspensión de asambleas, asesinatos de líderes sindicales y campesinos, etc. No obstante, ninguno de los gobiernos auténticos, ni Grau ni su sucesor Carlos Prío (1948-1952), tomó medidas radicales contra la organización comunista. El Partido no fue ilegalizado, continuó disponiendo de sus propiedades y publicando su diario oficial, además de la revista Fundamentos. Los senadores comunistas fueron respetados en sus funciones y prosiguieron una meritoria labor. En 1948, el presidente de los comunistas cubanos, Juan Marinello, era el vicepresidente del Senado de la república
Muy diferente fue lo ocurrido en Chile, donde desde 1946 las fricciones del gobierno con los comunistas fueron deteriorando la participación de estos en la vida política del país. Las tensiones tuvieron su clímax con la aprobación de la “Ley de Defensa Permanente de la Democracia”, en septiembre de 1948, conocida también como Ley Maldita. Esta proscribió la participación política del Partido Comunista y borró del registro electoral a sus militantes; lo cual significó que los regidores, alcaldes, diputados y senadores electos fueron inhabilitados. No se eximió de ello a intelectuales de renombre mundial como Pablo Neruda, que debió exiliarse.
El Partido Comunista no fue ilegalizado en Cuba ni siquiera tras el golpe de Estado encabezado por Fulgencio Batista en 1952. Su prohibición ocurrió más de un año después y se debió a una infortunada casualidad. Según cuenta Newton Briones Montoto, la celebración del cumpleaños 45 de Blas Roca tuvo lugar el 24 de julio de 1953 en un céntrico restaurante de Santiago de Cuba. Allí estuvieron Juan Marinello, Lázaro Peña, Joaquín Ordoqui, y otros. Al ocurrir el asalto al cuartel Moncada, dos días después, Alberto del Río Chaviano, jefe del regimiento militar del referido cuartel, los relacionó con la acción. Blas y Marinello, por haberse marchado antes, escaparon de la redada. Pero Lázaro Peña y Joaquín Ordoqui fueron apresados en Holguín e involucrados en el proceso judicial, aunque posteriormente serían absueltos. Otro grupo resultó detenido y algunos de ellos fueron maltratados, golpeados y heridos.
Terminaba así la etapa legal en la vida del Partido Comunista, desde 1944 “Socialista Popular”. Tras sumarse, tardíamente, a la postura insurreccional contra la dictadura batistiana emergerían con fuerza en la vida política, sobre todo después del triunfo de la Revolución, luego de que se les responsabilizara con sectores clave en el campo de producción de ideología: Consejo Nacional de Cultura, Instituto de Historia… A partir de aquí empezaría la “leyenda negra” que presenta al anti-comunismo como una política de Estado sin fisuras y como una característica propia de la sociedad cubana a lo largo de la historia republicana. Un mito que no se sostiene, según la propia prensa del Partido, de donde se han extraído la mayor parte de los datos incluidos en este trabajo.
NOTA: Para profundizar en los datos ofrecidos, véase, de la autora: Segundas Lecturas. Intelectualidad política y cultura en la República burguesa, Ediciones Matanzas, 2013 y 2016 (Premio Anual de investigación cultural 2014; Distinción Puertas de Papel 2015, del Instituto Cubano del Libro a las diez mejores publicaciones del Sistema de Ediciones Territoriales).
Adrián dice:
Pero mucho antes, los comunistas cubanos tuvieron, tras 1935, que acudir a otros nombres para su organización. El PC no se llamó, tras 1935, más nunca PC.
Las «grandes oportunidades» no iban más allá del marco de una democracia burguesa, donde la clase dominante controlaba todo el entramado económico, social y mediatico. Dormían tranquilos. Los comunistas no eran un peligro, según creían ellos.
Además, de 1940 a 1944, los comunistas cubanos, muy disciplinadamente, en línea con lo orientado por la Comintern, priorizaron la lucha contra el fascismo a nivel mundial. Por ello apoyaron a Batista en su fase «democrática».
«Su prohibición ocurrió más de un año después y se debió a una infortunada casualidad»…me imagino. Además, lo que siempre se ha dicho en nuestra historia es que a partir de 1948, con los tambores de la Guerra Fría ya batiendo, fue que arreció la campaña anticomunista en Cuba..
Los asesinatos de Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias, Sabino Pupo, Loynaz Hechevarría, el asalto a la 1010, el cierre de Hoy también fueron «infortunadas» casualidades ?…pero que la autora, no sé por qué, no menciona. Que maten a líderes sociales y políticos y no pase nada demuestra que la democracia no funciona.
Que a Camilo Cienfuegos le pusieran un cartelito que decía «Comunista», aunque no lo era, también fue una «casualidad». Que la CIA ayudara a fundar el BRAC, que desde su nombre proclamaba lo que era, fue también «casualidad». ?
La dura represión a los sindicatos, que llevó a crear una CTC reaccionaria, que cosa es sino un signo de anticomunismo ?
La fuerza del PSP. nombre del partido de los comunistas en esa época no era tan grande, la oligarquía cubana sabía que no constituía mayor peligro. El constante bombardero mediático a la población cubana sobre los «males» del comunismo, la «amenaza de Moscú», «garantizaban» que no hubiera peligro alguno. Reflejo de ese bombardeo fue el fenómeno de la Operación Peter Pan luego de 1959.
No hace falta ilegalizar un partido para señalar a un régimen como contrario a ese partido.. Podemos preguntar en Colombia, por la Unión Patriótica. La ilegalizaron ?. No, le mataron a 3000 militantes.