Artículo 68 y pluralismo en Cuba

Foto: IPS
  1. República y derechos: “A quien merme un derecho, córtesele la mano”. Introducción a un dossier
  2. Informe Cuba Posible: “La institucionalidad del gobierno local después de 2018: gobernabilidad y descentralización”.
  3. Una reforma constitucional para el siglo XXI cubano: elementos para el diálogo
  4. Las reformas a la Constitución cubana: Martha Prieto Valdés
  5. Relación cambios/continuidad en materia constitucional: monseñor Carlos Manuel de Céspedes
  6. Pasado, presente y futuro de la reforma constitucional en Cuba (1959-2017): Teodoro Yan Guzmán
  7. Reforma constitucional y “pacto intergeneracional” en Cuba: Jorge I. Domínguez
  8. Reforma constitucional y refundación nacional: Dmitri Prieto Samsónov
  9. Democracia y reforma constitucional en Cuba: Julio César Guanche
  10. Reforma constitucional y derechos civiles y políticos: Rafael Rojas
  11. Republicanismo y reforma constitucional en Cuba: Julio Antonio Fernández Estrada
  12. “El cambio constitucional en Cuba”: lectura crítica a un libro necesario
  13. Una Constitución a la medida del futuro: con nuevos derechos, nuevas instituciones y nuevas utopías
  14. Rafael Rojas: “Debemos estrechar el margen de expectativas y advertir un proceso constituyente acotado, pero que puede avanzar hacia un nuevo marco constitucional más ventajoso para todos los actores”
  15. Elementos a cambiar y a conservar en la Constitución cubana: Roberto Veiga González
  16. ABC sobre la Constitución y su reforma
  17. Reforma constitucional en Cuba: análisis y propuestas
  18. Reforma constitucional y un renovado sueño de país
  19. El proceso de reforma de la Constitución en Cuba
  20. Domingo Amuchástegui: mis tres propuestas para la nueva Constitución de la República de Cuba
  21. Nueva constitución en Cuba: lo que permanece y lo que cambia
  22. Cinco factores que atentan contra el debate del anteproyecto constitucional
  23. El debate de la Constitución según la prensa oficial: radiografía temprana
  24. ¿Cuba homofóbica o de qué matrimonio hablamos?
  25. Por un “catálogo de derechos” que nos “vincule” en la libertad, el bienestar y la justicia
  26. Cuba: la República no está en discusión
  27. Alrededores del artículo 68
  28. Reforma constitucional en Cuba: ante el reto de un nuevo comienzo histórico sin ruptura con la historia
  29. Una posible defensa del diseño del gobierno provincial en el Proyecto de Constitución
  30. ¿Autonomía municipal y gobierno provincial sui generis?
  31. Colocar al Parlamento en el centro del debate
  32. Propuesta de Declaración de Derechos Humanos para una Constitución en Cuba
  33. Iglesia católica y matrimonio igualitario en Cuba: breve comentario a un texto preocupante
  34. ¿El regreso del Presidente de la República?
  35. A las puertas de una nueva Ley Electoral
  36. ¿Cómo nominar y elegir al futuro Presidente de Cuba? Los “comentarios de Randol”
  37. ¿Qué Presidente? ¿Qué Primer Ministro?
  38. Y después de la discusión y de la aprobación: ¿qué hacemos con la Constitución?
  39. ¿Por qué pluralizar el Poder Ejecutivo según el Proyecto de Constitución?
  40. Homero Acosta: “La futura Constitución es una obra colectiva”
  41. Estado socialista “de derecho”: repensar el rol del sistema de justicia en Cuba
  42. Iglesia católica y reforma constitucional en Cuba: hablan los Obispos
  43. ¿Cómo se entiende “lo socialista” en el Proyecto de Reforma Constitucional?
  44. El 68
  45. La certeza en la Constitución: un bien político
  46. La “economía” en el Proyecto de Reforma Constitucional
  47. Dios y el artículo 68
  48. Declaración en solidaridad con las personas LGBTIQ y en respaldo al artículo 68
  49. Reforma constitucional: necesidad de un “Defensor del Pueblo” para Cuba
  50. Artículo 68 y pluralismo en Cuba
  51. Alberto Abreu: “El activismo LGBTI no institucional debe reclamar su derecho a existir en Cuba”
  52. El tránsito socialista: rumbo estratégico al comunismo. Unas primeras notas reflexivas inconclusas. (1ra parte)
  53. Los «derechos humanos» en el Proyecto de Reforma Constitucional
  54. Brevísimas opiniones sobre el 68
  55. Sobre el artículo 68: la homosexualidad no acabará con el mundo
  56. El “trabajo” en el Proyecto de Reforma Constitucional
  57. Raza, racismo y reforma constitucional en Cuba
  58. Cuba: reforma constitucional y regulación de la independencia judicial
  59. Adonis Cervera: “Creo que la novedad está en que el artículo 68 esté ocurriendo en una Isla considerada por muchos como detenida en el tiempo”
  60. Cuba: la nueva Constitución y el día después
  61. Notas migrantes al proyecto constitucional: de la repatriación migratoria a la expatriación de la nacionalidad
  62. Yadiel Cepero: “No es tiempo de reclamar: es tiempo de actuar”
  63. Un Tribunal de Garantías Constitucionales para Cuba: ¿por qué no?
  64. Artículo 68: “Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”
  65. Reforma constitucional y desafíos de nuestro sistema de justicia
  66. Derecho a no hacer silencio
  67. Artículo 68: necesitamos unir el activismo de la calle y de las redes sociales, con el institucional y el legislativo
  68. El Parlamento en Cuba: ¡urgencia nacional!
  69. Un parlamento posible para Cuba
  70. Los miembros del Parlamento deben ser electos por sus bases territoriales de manera directa
  71. El Parlamento debe ser el resultado de un modelo electoral con representación proporcional
  72. El Parlamento debe dar cabida al incipiente pluralismo político presente en la sociedad cubana
  73. Partido único en Cuba: ¿el pluripartidismo es la solución?
  74. República y socialismo, aquí y ahora: introducción a un dossier
  75. La práctica renovada de los Derechos como pilar del desarrollo social en Cuba

El posible reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo es, sin dudas, uno de los aspectos más progresistas del proyecto de reforma constitucional. Se trata de hacer efectivo un derecho aplazado por décadas, a pesar de ser una reivindicación de actores que integran lo que hoy denominamos “comunidad LGTB”. La demora en acoger legalmente las uniones homo-afectivas en Cuba, no solo dice de los prejuicios presentes en buena parte de la sociedad cubana y en las instituciones estatales y políticas, sino también de la forma como el Estado cubano ha tratado históricamente las demandas de las minorías. Recordemos que otra demanda desatendida por décadas ha sido la necesidad de normas que prevengan, de manera efectiva, el maltrato a los animales y a otros elementos del medio ambiente.

Desde el primer momento, el artículo 68 generó debates polémicos y choques entre diversas concepciones de mundo. Aunque esperaba la reacción de las diferentes iglesias cristianas, por motivos obvios, me sorprendió la cantidad de personas que presentaron argumentos “no religiosos” para justificar su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. Los argumentos de los creyentes se basan en las doctrinas que estos abrazan –que para nada deben ser considerados irracionales u objeto de demérito. No obstante, sí son absurdas las justificaciones ateístas que hablan de los “efectos negativos” del matrimonio gay sobre la natalidad en la Isla, la educación de niños y adolescentes, así como la “degradación” de la llamada “moral socialista”.

Si bien es cierto que el tema es peliagudo en sí mismo, lo es también en un contexto caracterizado por un espacio público restringido y controlado por las autoridades políticas; medios de comunicación que no reflejan la diversidad y pluralidad de la sociedad civil; pobre cultura del debate y pobre cultura democrática; homofobia e intolerancia; el choque entre diferentes concepciones de mundo puede provocar fortísimos enfrentamientos.

Subrayo aquí algo que defiendo desde el inicio: el derecho de todas y todos a expresar su opinión, apoyo, rechazo, inconformidad o duda en relación al artículo 68. Creo que las diferentes denominaciones religiosas han ejercido su derecho a opinar, disentir y militar en contra de algo en lo que no creen. Lo lamentable es que las autoridades cubanas impidan que integrantes de la comunidad o movimiento LGTB se encuentren libre y espontáneamente para ejercer sus derechos de reunión y expresión. También es penoso que los medios nacionales, en especial, la radio y la televisión, no hayan sido autorizados para organizar debates en los que se expongan los diferentes puntos de vista en relación al tema.

Solo cabe preguntar si la inclusión de este tema es un movimiento estratégico de los líderes del PCC –para dar una imagen progresista a la nueva Carta Magna de cara a la comunidad internacional y la izquierda democrática del mundo–  o es el resultado de un genuino proceso de reflexión que incluyó el parecer de todas y todos sus militantes de base.

Necesitamos a aprender a dirimir el enfrentamiento de posiciones, pues las diferencias no son ajenas a la democracia. Lo ajeno a la democracia es desconocer que estas existen, tratar de extinguirlas con métodos menos o más violentos, e imposibilitar un debate público que se sirva de los medios de comunicación. ¿Por qué esto no ha sucedido? Por las características del contexto que mencioné anteriormente. No es posible un debate amplio de cualquier tema allí donde en nombre de la unidad en torno al PCC (y a sus líderes), se desconoce el pluralismo, se soslaya el respeto a la diversidad y en donde los medios de comunicación están cerrados para voces disonantes con la ideología oficial. Es como si “disenso” fuera sinónimo de “subversión” o de “inestabilidad”.

Por último, quiero expresar mi opinión personal sobre el tópico de marras. Apoyo el reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo, apoyado en la laicidad que siempre caracterizó al Estado cubano. El Estado, debido a su carácter laico, sigue reglas propias que difieren de las doctrinas religiosas. Por tanto, como garante de la igualdad, el Estado puede y debe legalizar dichas uniones homo-afectivas, ya que es materia de su competencia. Un principio de todo Estado secular es la no interferencia de la religión en el Estado y de este en las religiones. Cabe a fieles y líderes religiosos entender esa realidad y comenzar a cultivar el respeto a las diferencias. Ese que ellos mismos reclamaron al Estado cubano en tiempos en que ser religioso podía ser motivo de exclusión social, estigmatización y maltratos.

Sobre los autores
Alexei Padilla Herrera 10 Artículos escritos
(La Habana, 1985). Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de La Habana y master en Comunicación Social por la Universidad Federal de Minas Gerais. Se ha desempeñado como profesor y traductor.
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