Carmelo Mesa-Lago: “El principal problema del modelo es proclamar que el “plan central” debe prevalecer sobre el mercado, y la propiedad estatal sobre la no-estatal”

  1. El debate de la reforma económica en Cuba: ¿incluyente, preciso y articulador?
  2. Pavel Vidal: “La descapitalización de la economía me parece que es el síntoma más visible y preocupante que debería atenderse con mayor prioridad”
  3. Ovidio D´Angelo: “El centralismo político fomenta la impotencia de las bases sociales para participar en la toma de decisiones cruciales del país”
  4. Carmelo Mesa-Lago: “El principal problema del modelo es proclamar que el “plan central” debe prevalecer sobre el mercado, y la propiedad estatal sobre la no-estatal”
  5. Mauricio de Miranda: “El funcionamiento de la economía continúa siendo excesivamente centralizado y rígido, limitando el desarrollo de las fuerzas productivas”
  6. Jorge Pérez López: “¿Por qué no ofrecerle a los ciudadanos cubanos la oportunidad de invertir en la Isla, como pueden hacerlo entidades extranjeras?”
  7. Omar Everleny Pérez: “La planificación que necesitamos debe ser distinta de la que ha llevado al país al estancamiento económico”

En el contexto de este dossier presentamos los criterios del destacado economista cubano Carmelo Mesa-Lago.

 

  • ¿Considera Ud. que los documentos oficiales (“Lineamientos”, “Conceptualización” y “Plan Estratégico hasta 2030”) han incorporado sustantivamente propuestas de la sociedad civil, incluyendo las provenientes de la academia?

Ninguno de los tres documentos ha incluido propuestas de la sociedad civil, a pesar de que se dice que han sido discutidos por cientos de miles de personas. Uno de los documentos menciona a la sociedad civil, pero solo cuando está “preparada y organizada en defensa de la Revolución” y “supeditada al Estado”. De hecho, el concepto inclusivo de la sociedad civil, que avanza en la mayor parte del mundo y es considerada esencial por organismos internacionales, es repudiada como “subversiva” o “contrarrevolucionaria” por sujetos extremistas dentro del país. Uno de los documentos, el “Plan Estratégico hasta 2030”, se debatió por un largo tiempo por las “bases”, pero no tuvo en cuenta la crisis de Venezuela y, por tanto, está viciado de origen; además, el “Plan” es una lista de metas ideales que carece de guías de cómo lograrlas, o sea, no es prácticamente útil. ¿Tanto tiempo gastado para qué?

Por otra parte, creo que hay algunas ideas de los economistas-académicos que han sido incorporadas, pero ciertamente muy pocas y dejando fuera propuestas razonables substanciales, porque son muy avanzadas o deben primero ser probadas o preocupan sus efectos. También se han incorporado algunas ideas que después han sido diluidas o detenidas. Así las cooperativas de producción no agrícola y de servicios fueron aprobadas, pero después de seis años de dicho “experimento” recién se descubre que sufren “desviaciones” que deben ser corregidas y la decisión es contener su creación. A estas alturas, debería de haber cooperativas de segundo grado, pero no existen y se paraliza la aprobación de nuevas cooperativas de primer grado. Lo mismo puede decirse del cuentapropismo y la eliminación permanente o suspensión de licencias en varias ocupaciones.

Hay múltiples aspectos importantes, en los que existe un fuerte consenso entre los economistas académicos, pero no se les ha escuchado y menos aún implementado (por ejemplo, permitir a los graduados universitarios que ejerzan su oficio por cuenta propia). El pobrísimo salario medio en el sector estatal que ajustado al índice de precios al consumidor está hoy un 61 por ciento por debajo del nivel de 1989 –casi tres décadas después– fuerza a que profesionales, como arquitectos, trabajen como choferes de taxis o sean dueños de paladares. Esto implica un desperdicio absurdo del rico capital humano que tiene Cuba. Hay una necesidad crucial de construir viviendas (el número edificado cayó un 80 por ciento entre 2006 y 2017) y el gobierno ha decidido que la mayor parte lo sea por “el esfuerzo de la población” o “particulares”. Por ello, el Estado necesita menos arquitectos mientras que el sector privado demanda más, pero no puede contratarlos porque está prohibido; este contexto incita a que lo hagan de manera informal (ilegal). ¿Es esto racional?

Hay economistas cubanos de reconocimiento mundial que han dejado el país porque no encuentran espacio para la discusión enriquecedora o que han sido desplazados de sus puestos académicos por sus ideas, críticas constructivas y sugerencias, aunque estas se encuentren dentro del marco socialista. ¿Cómo es posible avanzar en una sociedad en que la dirigencia no escuche las voces de profesionales preparados y comprometidos que analizan los problemas existentes, con fundamento y basados en fuerte evidencia y, con esa base sólida, plantean recomendaciones razonables para resolverlos? De seguir el “goteo”, Cuba perderá a sus mejores economistas.

 

  • ¿Pudiera identificar el principal problema del modelo económico y social actual que deberí­a ser resuelto  de manera prioritaria y con mayor urgencia? (Por favor, identifique solo un problema).

El principal problema del modelo es proclamar, de forma “machacona”, que el “plan central” debe prevalecer sobre el mercado y la propiedad estatal sobre la no-estatal, así como el principio de que no puede haber concentración de la riqueza y la propiedad, el cual además se aplica de manera arbitraria. Este modelo ha fracasado en todo el mundo, en la URSS, en los países de Europa Oriental y, por supuesto, en Cuba. Los dirigentes chinos y vietnamitas usan, para caracterizar su modelo, el término “socialismo de mercado”, así, sin miedo.

El discurso oficial cubano evita, incluso, usar la palabra “reforma”, mucho menos con el adjetivo “estructural”, aunque estos fueron literalmente los términos que empleó el presidente Raúl Castro. Por ello el vocablo en boga es “actualización”, es decir, no cambiar el modelo, solo ponerlo al día, pero sobre base de qué (me pregunto). Desde el VI Congreso del PCC en 2011 –hace ya más de seis años– se habla de “la conceptualización del modelo”, pero el documento elaborado en el VII Congreso y discutido después, nos deja sin saber (de manera concreta) cómo es ese modelo, por ejemplo, cuáles son los papeles del Estado-plan y del sector no estatal-mercado. No es suficiente proclamar la preponderancia del primero sobre el segundo, hay que especificar en detalle qué funciones tendrá cada uno y cómo interactuarán entre ellos. Otro tema es el de los precios como indicadores; para que ello se consiga hay que acometer una reforma general de precios –los actuales no envían las señales idóneas– y no se explica cómo se hará esto. Es crucial también unificar las dos monedas y determinar la tasa de cambio, porque se acepta que crean todo tipo de distorsiones; hace dos años se dictó una Resolución sobre la unificación y en diciembre de 2016 se anunció oficialmente que comenzaría en 2017 (y no ocurrió); veremos qué sucede en 2018.

En la opinión de un buen número de economistas cubanos, habría que enrumbarse hacia un modelo mixto con elementos exitosos de China y Vietnam, que demuestran un envidioso crecimiento económico y una mejoría en el nivel de vida de sus pueblos. China es ya la segunda potencia económica mundial y el Partido acaba de predecir en su Congreso que el país aventajará a Estados Unidos en un decenio. En vez de seguir un modelo que ha fracasado, ¿por qué no tratar uno que ha tenido éxito económico?

 

  • ¿Cuáles preguntas sobre ese problema deberían formar parte del debate público y, sin embargo, no están haciéndose?

El problema que planteo se ha discutido dentro de la dirigencia del Partido, pero no se han revelado en detalle las posturas tomadas por diversos actores (¿sectores?) y los argumentos esgrimidos, lo cual no es transparente, no nos ayuda y da pie a especulaciones.

En mi opinión, la dirigencia no tiene una postura única sobre el modelo y sus instrumentos, sino que hay enfoques diversos. Leyendo los discursos de Raúl queda claro que hay un sector (identificado como “la burocracia” o “los que se resisten a cambiar de mentalidad”) que obstaculiza las reformas, pero no se sabe exactamente quiénes son esos misteriosos oponentes que continúan “dando guerra” después de un decenio y no son despedidos de sus puestos o castigados por su obstrucción al bien de la nación.

Todo esto debería ser objeto de una discusión pública seria en la que participasen dirigentes del Gobierno, el Partido y la Asamblea, conjuntamente con académicos y miembros prominentes de la sociedad civil, con respeto recíproco a sus posiciones. Hay que plantear preguntas claves, por ejemplo, la historia del centralismo y la propiedad estatal en Cuba demuestra que ha tenido efectos perniciosos en los incentivos económicos y laborales, así como en el crecimiento. Las reformas estructurales intentan cambiar esa orientación funesta, pero llevan ya una década, existe un estancamiento e incluso una reversión de algunas políticas claves.

 

  • ¿Cuáles temas concretos pudieran funcionar mejor en Cuba como puntos de encuentro para atenuar las posibles discrepancias entre los diversos actores del proceso de desarrollo nacional? (Por ejemplo, las discrepancias respecto a la propiedad, el plan, el mercado, la información, o la rendición de cuentas).

Ya he tratado los temas del plan, el mercado y la propiedad, así que aquí discutiré ahora la información y la rendición de cuentas.

En el mundo de hoy la información es primordial, no se puede funcionar si uno no está enterado, no se puede ser productivo sin estar al tanto de los avances de vanguardia en la profesión o el campo. Este es un serio problema que enfrenta la nación. Es cierto que ha habido avances en la proliferación de teléfonos inteligentes, pero menos en la Internet, la cual está muy limitada en cuanto a su acceso y alcance. Esto es un obstáculo al desarrollo. Cuando estuve en La Habana a comienzo de este año (en visita familiar, no como académico, pues lo último me ha sido negado por siete años), observé grupos de personas –muchos jóvenes– que se aglomeraban en sitios escasos en que había Wifi. También comprobé que era desesperante comunicarse por Internet porque es súper lenta, además de carísima. Entonces recordé una de las primeras declaraciones públicas que hizo Miguel Díaz-Canel, nombrado primer vicepresidente del Consejo de Estado, sobre la necesidad de universalizar el acceso a Internet, lo cual está muy lejos de alcanzarse. También exhortó a la prensa a que fuese más crítica y no creo que haya habido un avance substancial en este sentido.

Desde que Trump fue “elegido” Presidente (por el Colegio electoral, no por el voto popular que ganó Hillary), frente a su arrogancia, narcisismo, ignorancia, falta total de empatía y escrúpulos, racismo, acoso a mujeres, constante mentira, ataque a los medios de comunicación, negativismo agresivo, errores crasos dentro del país y con el exterior, y riesgos de una conflagración nuclear, lo único positivo han sido los medios de comunicación. Ellos constantemente evalúan lo que dice y hace el Presidente y sus consejeros, revelan asuntos de enorme importancia que estaban ocultos (como el papel de Rusia en apoyar la candidatura de Trump y atacar a la de Hillary), desmenuzan sus meteduras de pata, y han sido un acicate para que avancen las tres comisiones que investigan a varios colaboradores del Presidente y a este mismo. ¿Qué ocurriría si no hubiese una prensa independiente y vibrante como la que existe?

La rendición de cuentas por los gobernantes, los jefes de grandes empresas, los políticos, la burocracia, los líderes religiosos, es también indispensable para el progreso de los pueblos. Este es otro tema que está siendo estudiado e impulsado por organismos internacionales y regionales, universidades y centros de investigación en todo el mundo. De hecho, se ha convertido en una variable que se utiliza para medir el desarrollo político y social, la transparencia y el grado de corrupción. A un gobernante no sometido a la rendición de cuentas por su gestión no le acarreará daño cometer pifias continuadas, que provoquen profundas consecuencias adversas para su pueblo.

Sobre los autores
Carmelo Mesa-Lago 14 Artículos escritos
(La Habana, 1934). Licenciado en Derecho Universidad de La Habana. Máster en Economía por la Universidad de Miami. Doctor en Derecho por la Universidad Madrid. doctor en Relaciones Laborales y Seguridad Social por la Universidad de Cornell. Catedr...
1 COMENTARIO
  1. Pedro Campos dice:

    Coincido con el Profesor, propiedad y mercado. Mientras no se comprenda que el modelo estatalista es un fracaso precisamente por eso. No hay arreglo posible.

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