
A solo una semana de iniciado el debate popular sobre el anteproyecto de Constitución, vale la pena realizar un análisis puntual del tratamiento dado por los medios de prensa oficiales a la cuestión. Debido a que la amplitud del proceso hace imposible que cualquier ciudadano pueda acceder de primera mano a lo que se debate en todo el territorio nacional, y a que la información recabada en dichos análisis no estará disponible al público (a pesar de que podría estarlo ya que se está procesando de manera digital), los medios de comunicación tienen un papel primordial pues constituyen la única fuente de información y referencia disponible para la mayoría de los ciudadanos.
Dicho de manera sencilla: la idea que muchas personas se formarán del desarrollo del debate estará influenciada, en gran medida, por cómo este se presenta en los medios de comunicación, lo cual tiene dos consecuencias importantes.
La primera, que dicha representación puede influir no solo en las opiniones de las personas sobre algunos temas, sino, sobre todo, en el redireccionamiento de la atención hacia algunos tópicos en detrimento de otros. La segunda, que aquellos temas u opiniones invisibilizados, poco atendidos o desacreditados por los medios, aún cuando tengan una manifestación diferente en los debates reales, van desplazándose hacia una posición aparentemente marginal y mínima, que termina afectando a aquellos que piensan de esa manera y que pueden sentirse compelidos a abstenerse de expresar en público estas opiniones. A esto es lo que se conoce en los estudios de efectos a largo plazo de los medios de comunicación como “establecimiento de agenda” y “espiral del silencio”, respectivamente.
El análisis que aquí presento abarcó a los diarios Granma y Juventud Rebelde, con las ediciones comprendidas entre los días 13 y 20 de agosto de 2018. Fueron determinados los tópicos tratados en cada texto relacionado con el análisis de la Constitución y la manera en que estos eran presentados. Los siguientes gráficos muestran los principales resultados en cada uno de los diarios.
Del análisis de los gráficos anteriores lo primero que salta a la vista es la existencia de importantes diferencias, tanto cuantitativas como cualitativas, en los tratamientos dados por ambos diarios. Mientras en el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, apenas se reflejaron cinco temas (de ellos cuatro tratados de manera coincidente con las propuestas del proyecto), en Juventud Rebelde se dio cabida a un mayor número de temáticas y recogieron un mayor espectro de valoraciones.
Sin embargo, existen un grupo de características comunes en ambas coberturas que afloran en un análisis más profundo y que conviene destacar:
- Del total de 18 textos publicados que trataban directamente la cuestión de la Constitución (nueve en cada diario), 14 fueron informaciones o relatorías; y solo cuatro eran trabajos de opinión. De estos, tres centrados en el propio proceso de debate (no en un tema en específico del proyecto) y uno, sobre la legitimidad y necesidad de la idea de un partido único. Este último era un texto del ex-presidente y comandante Fidel Castro. Una vez más se confirma el papel marginal que se le destina a la prensa en estos procesos y la ausencia de trabajos que presenten y discutan opiniones propias de los periodistas sobre el proyecto constitucional.
- Ausencia de textos redactados por especialistas en Derecho Constitucional o por intelectuales destacados que debatan sobre cuestiones específicas del proyecto, lo cual remarca el papel meramente “informativo” que se le otorga a la prensa.
- Poco espacio dedicado a los debates de la Constitución, incluso dentro de los estándares de espacio de la prensa cubana.
- La mayoría de las temáticas reflejadas y sus respectivas valoraciones son solamente enunciadas, a partir de parlamentos puntuales de algún participante, pero no son analizadas ni profundizadas.
- La suma de las valoraciones que concuerdan totalmente con las propuestas y aquellas que realizan sugerencias sin discrepar, abarcan el 75 por ciento de la cobertura. Esta visión de conformidad se remarca con frases como “dijo que esta es una Constitución atrevida, bien moderna y que garantiza la continuidad de la Revolución y el socialismo aun cuando no estén físicamente los líderes históricos, por lo que no cree necesario hacer ninguna modificación al Proyecto propuesto.” (Juventud Rebelde, 14 de agosto, p. 5); “Asegura que él está de acuerdo en principio con todo y que sus reservas no son obstáculos para apoyar el documento.” (Granma, 16 de agosto, p. 3); “los obreros, tabloide en mano y alguna que otra acotación escrita para no olvidar detalles, expresaron en sentido general su respaldo al contenido” (Juventud Rebelde, 14 de agosto, p. 5); “los participantes respaldaron mayoritariamente el nuevo Proyecto, tras escuchar las notas del Himno Nacional y la instrucción.” (Juventud Rebelde, 15 de agosto, p. 4).
- Invisibilización o desconocimiento de un amplio espectro temático de preocupaciones y valoraciones que pueden escucharse en las calles o en múltiples publicaciones y debates que se generan en Internet. (Aunque esto podría no ser un problema totalmente de la prensa, sino también un resultado del comportamiento estereotipado y complaciente que en muchos lugares se asume o “se monta” ante la presencia de los medios de comunicación).
- Todas las opiniones contrapuestas que se reflejaron fueron referentes a la cuestión del matrimonio igualitario, al parecer el único asunto en torno al cual los cubanos poseen diversidad de criterios.
- Los criterios negativos, es decir, aquellos que estuvieron en desacuerdo con lo planteado en la propuesta, giraron fundamentalmente entorno a no limitar a 60 años la edad máxima para ser nombrado Presidente; a no restringir el número de mandatos que pueda ejercer quien desempeñe este cargo y a no modificar la estructura actual del Estado. En síntesis: oposición a modificar el estado actual de cosas. Otros tres desacuerdos fueron respecto a la autonomía municipal y al uso de ingresos propios debido a las diferencias que existen entre territorios, así como con la edad de retiro y la imposición de límites poco claros a la concentración de la riqueza. El otro criterio discordante se refirió a la elección del Presidente por la Asamblea Nacional, planteando que debían ser los ciudadanos quienes elijan directamente a las personas que dirigirán los destinos del país. Acto seguido, el texto agregaba el siguiente parlamento de quien hizo dicha propuesta: “Y para que no haya confusión quiero repetir que estas reuniones son para que tengamos más Revolución y Socialismo; y por eso hay que hablar claro.” (Juventud Rebelde, 19 de agosto, p. 2). Fueron estos los desacuerdos respecto a lo planteado en el proyecto.
- A pesar del entusiasmo y la masividad que se narra en la mayoría de los textos, en algunos se puede notar el formalismo y la falta de profundidad que caracteriza a muchos de estos debates. “Tras la introducción al análisis realizada por Lorna Tomas y Rolando Aroche se suscitaron casi una veintena de intervenciones…” (Juventud Rebelde, 14 de agosto, p. 5); “En el encuentro, al que asistieron directivos de la entidad, especialistas, obreros y las autoridades locales, se propusieron siete modificaciones al documento y se aclaró una duda…” (Juventud Rebelde, 15 de agosto, p. 4) ¡¿Una veintena de intervenciones?! ¡¿Siete modificaciones y una duda?! para un documento de más de 200 artículos.
Ciertamente, una semana es poco tiempo para poder evaluar la cobertura de un proceso de larga duración, pero al parecer se va confirmando la acción de los cinco factores que pueden atentar contra la discusión del proyecto. No obstante, el objetivo de este trabajo es realizar un diagnóstico temprano. Por un lado, porque los inicios suelen pronosticar cómo serán los finales, y por otro, para señalar las dificultades o sesgos cuando aún se está a tiempo de corregirlos; si se puede y si se quiere.
De cualquier forma, debe tenerse presente que la prensa no abarcará el conjunto de opiniones y criterios que circulan en la población, que habrá un grupo de temáticas y opiniones que no serán reflejadas de ningún modo en los medios estatales y que es probable que la limitación y marginación mediática se mantenga durante toda la cobertura al proceso. De ahí la importancia de que los ciudadanos tengan a mano sus agendas específicas y señalen aquellos temas que les preocupan aún cuando no sea reflejados en los medios, pues ello no significa que otras personas no los compartan.
También se recalca la valía de proyectos como el desarrollado por el sitio Postdata.club en el que, a pesar de la precariedad del acceso a Internet en la Isla, muchos internautas radicados o no en Cuba, han vertido miles de opiniones y han debatido en torno a la mayoría de los artículos de la Constitución. Es una lástima que el Gobierno no se haya decidido a implementar iniciativas similares o permitir el acceso público a los datos recabados durante el proceso, lo cual responde más a un trasfondo político que a un problema tecnológico.
Hace apenas unos días, en un análisis del papel que debería jugar la prensa cubana en el proceso de análisis de la Constitución, el actual presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Ricardo Ronquillo, expresó: “nuestros profesionales y los medios, como parte inseparable del pueblo que se erige abrumadoramente en constituyente, tiene la responsabilidad de, como parte de los mecanismos de control y soberanía populares, realizar su propio ejercicio público de estudio, decodificación y crítica de la propuesta.”
Por lo visto en esta primera semana de cobertura, parece que es hora de llamarse a capítulo. Dicen por ahí que nunca es tarde… si la dicha es buena.
Abel Bela dice:
Este analisis expone datos que sirven de sustento a mi comentario al articulo de los cinco factores:
«… creo que deberia agregarse un 6to factor, en lo particular del debate constituyente, y en general como estrategia que desde el poder se ha usado para diluir o desenfocar el ejercicio publico de la opinion. Se trata del tema diversionista, del tema que encauzara el debate por las ramas, dejando intacto el meollo del problema, el tema-sofa. En el debate del anteproyecto de constitucion creo que el asunto del matrimonio igualitario cumple esta funcion. No intento menguar la importancia del mismo, estoy a favor de todas las equidades. Solo creo que este tema actuara como foco en muchos de los debates que a nivel popular ocurran, y asi ha sido pensado, por eso ha sido incluido, para que el tiempo establecido para el debate, las cotas para la participacion mediatica, el interes general, sean consumidos en este dilema y no en otros mas determinantes para el futuro de la nacion. Nadie se ofenda, no es mi pretencion menoscabar las posibilidades de realizacion de un grupo de ciudadanos. Solo creo que si otros derechos se analizacen o dicutiesen o defendiesen con igual o parecida fuerza, y se entronizacen en el cuerpo constitucional, el matrimonio igualitario no dejara de ser una realidad sustentada por el ejercicio de esos otros derechos.»