
Sin duda alguna, el tema de las expropiaciones y qué hacer sobre esto en el futuro constituye un desafío importante. Este es un tema tremendamente sensible, porque muchas familias perdieron sus únicas viviendas, las cuales habían adquirido legalmente, por el simple hecho de decidir establecer su residencia en otro país, y luego, esa propiedad confiscada por el Estado fue vendida a otras familias. Creo que legalmente, ambas familias tienen derechos sobre esas propiedades, porque ambas las han pagado. Por esa razón, la solución debe ser política, pero también debe ser humana y, en lo posible, siguiendo un determinado marco de legalidad.
Personalmente, considero que es necesario pensar en una ley sobre el tema de las restituciones. Con un “borrón y cuenta nueva” no se va a solucionar esto. El tema de las expropiaciones y confiscaciones tiene muchas aristas distintas que deben ser tratadas casuísticamente. Creo conveniente recordar que se confiscaron las propiedades de los terratenientes, de los capitales norteamericanos, luego de los capitalistas cubanos, luego se expropió a los pequeños propietarios en casi todas las actividades económicas, con excepción de la agricultura y, en medio de todo ese proceso (que se llamó oficialmente de “socialización de la propiedad”, cuando en realidad fue solo una “estatización” de la misma), también se confiscó la propiedad de cuanta persona decidió emigrar.
Personalmente, considero que es necesario compensar a cuanta persona le fue confiscada su propiedad por el simple hecho de emigrar del país y establecer su residencia en otro. Sin embargo, esa compensación no debería significar la expropiación de los nuevos propietarios, los cuales adquirieron estas propiedades bajo la legalidad existente entonces. No dudo que será un verdadero problema para cualquier gobierno futuro de Cuba (porque estoy convencido de que el actual ni siquiera se lo va a plantear), abordar este tema con la apertura necesaria. No hay una fórmula escrita, sin embargo, existen algunas experiencias que deberían ser analizadas con espíritu creativo. Por ejemplo, podría establecerse un plazo para recibir ese tipo de reclamaciones, así como de aquellos empresarios expropiados sin indemnización y ofrecerles soluciones alternativas que vengan acompañadas con inversiones directas en el país. Eso podría resultar aceptable para los expropiados y conveniente para el país necesitado de recursos frescos de inversión.
Este tema sólo tiene precedentes en los casos de Europa del Este, pero las circunstancias de los procesos son diferentes. Por esa razón, será cuestión de estudiar los casos y extraer las lecciones positivas y negativas de cada proceso.
Finalmente, considero que este tema no debería ser tratado al margen de otros que deben ser considerados en una reforma profunda, tanto de la economía cubana como del ordenamiento constitucional, jurídico y político. Esa reforma debe ser integral y abordar, de una vez, las cuestiones más importantes que concurran en un sistema que realmente funcione “con todos y para el bien de todos”.
jose dario sanchez dice:
este punto de vista lo encuentro mas humano, politico y real. Aunque los propietarios de muchas viviendas, negocios pequenos y otros bienes de pequena cuantia, como joyas (en un tempo quitaban hasta los anillos de compromisos al salir), autos, retiros, etc. ya esten muertos, seria necesario, , una compensacion, moral y/o material aunque sea post-morten como muestra de la inconformidad del pueblo cubano ante el despojo arbitrario y a la vez, como promesa de «nunca mas»….