Guillermo Grenier: “Seis pasos adelante, dos pasos atrás”.

Tras la nueva “Directiva Presidencial” de Donald J. Trump, varios expertos nos hacen llegar sus impresiones sobre la nueva política. Es el turno del profesor cubanoamericano Guillermo Grenier, de la Universidad Internacional de la Florida. El profesor Grenier opina que el camino trazado por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, de mayor interacción entre ambos países, ha representado una ratificación (por sus Administraciones) de cuánto apoyan las respectivas comunidades dicha política. Este apoyo en las comunidades ha sido refrendado en distintas encuestas que la universidad floridana ha realizado por varios años. Discute también cuáles pueden ser los factores para que el apoyo “al intercambio” por parte la comunidad cubanoamericana no se haya traducido aun en victorias electorales. Además, el profesor explica los daños que afectarían a los sectores, tanto privado como estatal, relacionados con el turismo.

  1. ¿Cuál es su opinión de las nuevas directivas del presidente Donald Trump hacia Cuba?

Las nuevas políticas presentadas el 16 de junio por el presidente Trump están lejos de ser la “cancelación” de las iniciativas de Obama. Siguen vigentes las relaciones diplomáticas, los acuerdos de cooperación militar para combatir el narcotráfico y la seguridad en torno a Guantánamo, los vuelos comerciales regulares entre los dos países y las 12 categorías que permiten viajar legalmente. Los viajeros todavía pueden gastar tanto dinero como deseen en la Isla y traer de vuelta la cantidad de ron y tabacos que quieran. Del mismo modo, aún está en vigencia el fin del trato preferencial brindado a los cubanos por la política de “Pies secos/Pies mojados”, los viajes de cubanoamericanos a la Isla para visitar a familiares y la capacidad de enviar remesas, aunque quizás haya una redefinición de “quiénes” puede recibir remesas.

Los principales cambios prácticos se dirigen a la eliminación de los viajes individuales de americanos de origen no-cubano y de limitar el tipo de empresas cubanas que pueden tener relaciones comerciales con empresas norteamericanas. Aunque las 12 categorías todavía están en vigencia, los estadounidenses no podrán viajar individualmente utilizando la categoría “pueblo-a-pueblo.” Tendrán que viajar en grupos organizados bajo las 12 categorías. Estos grupos, organizados por empresas estadunidenses, no podrán establecer relaciones con empresas, en este caso hoteles y restaurantes, operadas por GAESA (el Grupo de Administración Empresarial S.A.), un conglomerado de negocios que incluyen cerca de 60 compañías que proveen servicios de todo tipo (desde gasolineras, y bares, a los mejores hoteles y restaurantes en la Isla). GAESA fue establecida por la Fuerzas Armadas Revolucionarias para organizar sus negocios con empresas extranjeras y hoy en día controla un 60 por ciento de la economía cubana.

Ninguno de los cambios propuestos por Trump reestructura profundamente el marco político establecido por Obama. El impacto inmediato más grande (si todo permanece como lo presentado después de que los reglamentos sean redactados por funcionarios de la OFAC), será sentido mayormente por el emergente sector privado cubano. En su esencia, los cambios de política, aunque de alcance limitado, tendrán un impacto contradictorio en la práctica y sumamente negativo para el sector privado. La insistencia de que los estadounidenses viajen en grupo, en lugar de individualmente, resultará en una reducción de los contactos “pueblo a pueblo” entre cubanos y norteamericanos. Esta restricción de modalidades de viajes tendrá un impacto significativo, dado que los viajes individuales benefician fundamentalmente al sector privado (casas particulares, paladares, taxistas independientes, etc.). La eliminación de viajes individuales tendrá un impacto negativo en el sector que Trump retóricamente pretende ayudar.

Las empresas de turismo tendrán que hacer su tarea, facilitada por una lista que será proporcionada por el Departamento del Tesoro, para asegurarse de que sus grupos eviten negociar con alguna instalación operada por GAESA. Dada la penetración de GAESA en la economía cubana, esto es más una ilusión política que una realidad económica. Es difícil, si no imposible, separar el sector “privado” del sector estatal, ya que este último abastece al primero de alguna manera. Es una relación simbiótica, como debería ser en un sistema socioeconómico en transición.

Será sumamente difícil colocar grandes grupos en casas particulares. Los operadores turísticos tendrían que establecer contactos con las redes de casas que existen en barrios como el Vedado, Playa y Centro Habana para poder identificar y reservar casas particulares para grupos grandes. Este trabajo va ser demasiado difícil y sin lucro compensatorio para la mayor parte de las compañías norteamericanas.

Al mismo tiempo, los trabajadores con salarios más bajos en los hoteles y restaurantes de GAESA se verán privados del acceso a los visitantes norteamericanos y sus propinas. Esto presenta un golpe significativo en el ingreso mensual de un gran porcentaje de cubanos. Podemos suponer que con una disminución de los ingresos vendrá una disminución en los gastos de estos empleados, lo que tendrá un efecto multiplicador, de contracción, en el bienestar económico de los negocios privados en áreas específicas. Los cubanos gastan sus CUCs en el sector privado.

Desde mi punto de vista, en lugar de cancelar la política de Obama hacia Cuba, la intervención de Trump valida la dirección general de las iniciativas de Obama. Los limitados ajustes resultan en una ganancia neta en la dirección de normalización: seis pasos adelante, dos pasos atrás. Las restricciones a los viajes individuales “pueblo a pueblo” podrían, incluso, tener un impacto positivo a largo plazo en las políticas de Estados Unidos y Cuba. Creo que la facilidad con la que los americanos podían viajar a la Isla, aunque beneficiaba a la economía cubana, sirvió para darles a los estadounidenses un falso sentido de “normalidad” en las relaciones entre los dos países. De hecho, hasta que se levante el embargo, las relaciones no serán “normales”, y es hora de que los norteamericanos se movilicen y demanden sus derechos a visitar cualquier país que se les antoje. Es hora de que los estadounidenses tomen conciencia de lo “anormal” que son las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

  1. ¿Cuál cree que sea el impacto de estas políticas en el sector privado en Cuba?

El impacto primario de la “nueva” política se sentirá, en mi opinión, dentro del sector privado en Cuba: casas particulares, paladares, pequeños talleres de tecnologías de la información, empresarios de viajes locales, taxis independientes. Todos sentirán la eliminación de los viajes individuales por las razones ya mencionadas. Este impacto se sentirá directamente, a través de menos intercambios con los visitantes, e indirectamente vía los cubanos que trabajan en empresas estatales y GAESA, que serán privados de propinas y otros beneficios asociados con los turistas estadounidenses.

  1. ¿Considera Ud. que, bajo la nueva política, la Administración Trump continuaría la cooperación y comunicación con las autoridades cubanas en materia de lucha contra delitos de carácter internacional, rescate y salvamento marítimo y protección del ecosistema en el Golfo de México, entre otros?

Las directivas mal informadas de Trump le han restado mucho impulso y entusiasmo al proceso de normalización. Sin embargo, es probable que las relaciones a menor nivel entre los dos países se mantengan operativas y, tal vez, intactas. La Guardia Costera y otras agencias de seguridad encuentran en los cubanos un socio confiable en la batalla contra el narcotráfico, las emergencias ambientales y la seguridad de la base en Guantánamo, entre otras áreas de cooperación. Estas relaciones perdurarán, aunque todas las organizaciones gubernamentales que trabajan con Cuba están al tanto de la orientación del gobierno de Trump: no expandan el compromiso con Cuba más allá de lo mínimo requerido por las regulaciones existentes.

  1. ¿De qué manera la organización a la cual está vinculado o dirige ha contribuido a la promoción de dinámicas de normalidad entre Cuba y Estados Unidos? Si es académico o comunicador, ¿qué rol específico ha tenido su investigación/ publicación en estas dinámicas? ¿De qué manera puede seguir ayudando a la realización de las mismas?

 Mi trabajo como sociólogo y, específicamente, encabezando el “FIU Cuba Poll”, continuará. El “FIU Poll” se estableció hace más de 25 años con el propósito de medir las actitudes cambiantes de la diáspora cubana en el sur de la Florida sobre las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. La encuesta ha sido sumamente útil en trazar los cambios dentro de una población muchas veces considerada como homogénea y recalcitrante en su hostilidad hacia Cuba y su gobierno. El “FIU Poll” ha documentado el cambio de una población dominada por una ideología de exiliados, con deseos de deslegitimar y derrocar al gobierno cubano, hacia una comunidad con un número creciente de inmigrantes transnacionales deseosos de comprometerse y mantener contactos con la Patria.

Las tendencias se ven claramente. La mayoría de los cubanos del sur de la Florida se oponen a la continuación del embargo y aprueban el establecimiento de relaciones normales con Cuba. La historia se mueve en la dirección del compromiso. De hecho, con los cambios recientes en la política de inmigración cubana, estamos viendo el desarrollo de una comunidad de “ex-patriados” (expats) cubanos en el sur de la Florida. Estos son cubanos que mantienen sus derechos como ciudadanos/residentes en Cuba, pero que están trabajando en el sur de la Florida, como residentes legales de Estados Unidos, y participando en relaciones comerciales transnacionales con el sector privado de la Isla. Vimos que este número aumentó a dos por ciento de la población en la “Encuesta 2016”. Este número se incrementará y se sumará a los cubanos y cubanoamericanos clamando por un mayor compromiso con la Isla.

Sin embargo, uno tiene que preguntarse: ¿cuándo se manifestarán las actitudes cambiantes dentro de la comunidad en la política electoral a nivel local? Nuestros datos muestran que los recién llegados son los residentes más interesados en normalizar completamente las relaciones con Cuba. Sin embargo, este grupo es el que tiene menos probabilidades de participar en el proceso electoral de Estados Unidos, tal vez porque están hartos de la política o porque todavía ven su vida, a largo plazo, desarrollándose en la Isla. Pero a largo plazo, tenemos confianza que las tendencias demográficas se reflejarán en el ámbito político.

También es cierto que los cubanos en el sur de la Florida no votan por un candidato puramente basado en su visión hacia Cuba. Otras investigaciones han demostrado que cuando se les pregunta cuáles son sus prioridades al considerar apoyar a un candidato, Cuba ocupa el cuarto o quinto lugar en la lista, por debajo de la economía/empleos, salud, seguridad/crimen y educación. Esto puede ser parte de la explicación de la longevidad de los representantes cubanoamericanos que no representan las actitudes de la comunidad hacia las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Otra dinámica social evidente en “Cuba Poll” que podría explicar la longevidad de los políticos cubanoamericanos es el predominio, en declive, del Partido Republicano dentro de la población. Un poco más del 50 por ciento de los cubanos en el sur de la Florida son republicanos. La mayoría de la segunda generación y las nuevas llegadas registran Independiente o Demócrata. Esta es una tendencia que cambiará la política en la región.

  1. ¿Qué implicaciones pudiera tener para las relaciones entre ambos países, el hecho de que previsiblemente Raúl Castro no será Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros en la próxima legislatura?

 Algunos de mis amigos que viven en Cuba no están seguros de lo que sucederá después de que Raúl se retire, pero la mayoría opinan que la transición económica, y sus repercusiones sociales, continuará. El liderazgo político cubano no es homogéneo. Hay debates sobre cómo desarrollar una estructura económica eficiente y sostenible. El proceso de cambio no es lineal. El gobierno continuará modificando la estructura de los impuestos recaudados del sector privado, la cadena de suministro para el sector privado, el grado en que la propiedad productiva debe estar en manos privadas y el papel de la diáspora y sus remesas en el desarrollo económico nacional. Pero es poco probable que los cambios realizados bajo el liderazgo de Raúl sufran una atrofia significativa. Como dijo Julio Antonio Mella: “todo tiempo futuro tiene que ser mejor”. Espero que tenga razón.

Otros artículos del Dossier: 

La preservación del legado de Barack Obama: apostando por los que construyen.

Jesús Arboleya: “Con respecto a Trump, estamos ante un forcejeo cuyo resultado más probable sea un escenario bastante ecléctico”.

Carlos Alzugaray: “Un cambio drástico en la política hacia Cuba sería sumamente perjudicial para los intereses de ambos gobiernos y de ambos pueblos.”

Marguerite R. Jiménez: “WOLA ha trabajado para hacer avanzar las relaciones entre ambos países”

Sarah Stephens: “El presidente Obama actuó sabiamente al trabajar junto con el liderazgo histórico de Cuba”.

Jorge Duany: “Seguiremos impulsando el flujo de información, ideas, personas y publicaciones entre los dos países”.

Sobre los autores
Guillermo Grenier 2 Artículos escritos
Profesor del Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Ha sido profesor invitado en diferentes universidades, entre ellas la Universidad de Notre Dame, la Universidad de Alcalá de Henare...
María Isabel Alfonso 23 Artículos escritos
Licenciada en Letras Hispanas en la Universidad de La Habana. Doctora en Lenguas Romances en la Universidad de Miami. Autora de numerosos artículos sobre las dinámicas socio-culturales de los años 60s en Cuba ―en específico, sobre las Ediciones...
Luis Carlos Battista 36 Artículos escritos
La Habana (1988). Licenciado en Derecho por la Universidad de La Habana y en Relaciones Internacionales por Florida International University (FIU). Ha publicado sobre las relaciones exteriores de Cuba y Estados Unidos en espacios como OnCuba Magazine...
Cuba Posible 188 Artículos escritos
Cuba Posible es un “Laboratorio de Ideas” que gestiona una relación dinámica entre personas e instituciones, cubanas y extranjeras, con experiencias y cosmovisiones diversas; en algunos casos muy identificadas con las aspiraciones martianas. Si...
1 COMENTARIO
  1. Marlene Azor Hernández dice:

    Como veo la desciudadanización de los cuentapropistas cubanos, fruto de las reglas del juego que impone el gobierno, me parece positivo que empiecen a organizarse para establecer sus demandas y derechos frente al gobierno cubano.
    La política de Trump lo que ha puesto al descubierto o incorporado a la narrativa de los medios de comunicación, la situación aberrante del control militar del 60 porciento de la economía cubana sin ninguna transparencia ni control público. Y además sus tentáculos de control hacia el resto de la actividad económica del país, para nada eficiente. Por otro lado ha dejado en evidencia el enquistamiento de las reformas del gobierno cubano que luego de diez años siguen estancadas o en retroceso.
    No sé por qué los analistas «olvidan» en su análisis las violaciones de los Derechos económicos, laborales, sociales, culturales civiles y políticos en Cuba y se concentran en el monto de dinero que entra o no entra en Cuba. ¿Es que la mentalidad de empresarios es lo único que defienden?

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