
Mama África a minha mãe
é mãe solteira
e tem que fazer
mamadeira tudo dia
além de trabalhar
como empacotadeira
nas Casas Bahia
Chico Cesar
Actualmente, Brasil vive un momento difícil en la dinámica política. El gobierno de Dilma Rousseff (que ya cumplió un primer mandato de cuatro años y ganó la reelección para continuar en el poder), no tuvo sosiego entre huelgas y escándalos de corrupción. Hace poco tiempo se confirmó la revocación de la presidenta y la confirmación del mandato de su entonces vicepresidente Michel Temer. Al mismo tiempo, el factor económico enfrenta problemas críticos que repercuten en la vida social. Además, el clima de violencia en todas sus dimensiones alcanzó un punto alto en lo que va de nuevo milenio. Sin embargo, no todo es negativo en la era “petista”, ya que un aspecto a destacar, entre varios, es la implementación de políticas públicas para los sectores más necesitados de la población brasileña. Aquí incluimos a los grupos étnicos aborígenes y a los afro-brasileños que siguen siendo vilipendiados por las élites blancas. Este es, grosso modo, el contexto en el cual se desenvolvió la Marcha de las Mujeres Negras contra el Racismo y la Violencia y por el Bien Vivir.
La marcha fue un acontecimiento histórico sin precedentes en la historia de Brasil por su carácter nacional. Todo indica que fue preparada desde de segunda mitad de 2014 por medio de redes de solidaridad tejidas desde el litoral atlántico hasta la Amazonia y el Pantanal. El documento que leerán a continuación informa que ese evento acontecería en el año siguiente, específicamente, el 13 de mayo (fecha de la abolición oficial de la esclavitud en tierras brasileñas); pero en realidad se efectuó el 18 de noviembre de 2015 durante la Semana de la Consciencia Negra, una conquista sociopolítica de la lucha del Movimiento Negro Unificado contra la discriminación racial (MNU), establecida legalmente por Ley Federal en el 2003. Participaron alrededor de 20 mil mujeres negras e indígenas. Después de la Marcha tuvieron una audiencia con la Presidenta de República.
La fuerza del patriarcalismo “cosifica”, estigmatiza e invisibiliza a las mujeres por medio de varias formas de violencia. En este caso, las mujeres negras (por el sexo y el color de la piel) son quienes más sufren el ímpetu patriarcal fundamentado en una mentalidad esclavista, feudal y posesiva todavía muy fuerte en Brasil. Las estadísticas presentadas anualmente sobre la afirmación anterior de vulnerabilidad social son elocuentes: muchas son asesinadas y maltratadas físicamente. Por eso, la Marcha denunció el racismo y la violencia para enaltecer la necesidad de un bien vivir para tod@s. Las participantes demostraron que no son objetos, sino sujetos de la historia por ser guerreras: educar a sus hij@s, trabajar para sustentar una casa sin ayuda de un hombre -como dice el cantautor Chico Cesar-; pero también estudiar para crecer como ser social; tornarse una intelectual productora de conocimientos y levantar su voz en público con un discernimiento político.
En fin, las mujeres negras brasileñas continúan hoy realizando varias acciones de tipo político para luchar contra las manifestaciones de racismo y de violencia contra ellas, sus familiares y amigos. El exterminio de la población negra, fundamentalmente de adolescentes y jóvenes de sexo masculino, está siendo perpetrado por las fuerzas de la Policía Militar en varias ciudades importantes de Brasil: Rio de Janeiro, Salvador, Fortaleza, etcétera. También son evidentes los comportamientos xenófobos de los brasileños hacia personas de naciones africanas y caribeñas (sobre todo haitianos), que han conducido a actos violentos como homicidios, lesiones corporales y otras vejaciones. A esto se suma el ambiente de vandalismo que ronda cada zona urbanizada y hasta rural del país, lo cual demuestra que los gobiernos petistas no hicieron un buen trabajo en la cuestión de la seguridad de la población; los bandidos actúan con una alta dosis de impunidad y también han permitido a las fuerzas represivas que se extremen en el mantenimiento del orden interior hasta el punto de masacrar a personas inocentes.
Seguidamente, presentamos un documento titulado: “Manifiesto de la Marcha de las Mujeres Negras 2015 contra el Racismo y la Violencia y por el Bien Vivir; Brasilia – 13 de mayo de 2015”, que refleja los puntos de vista de un amplio sector de mujeres negras que participaron en aquella movilización escenificada en Brasilia. Y como complementa el artículo titulado “Marcha de las Mujeres Negras en Brasil: inspiración para la lucha latinoamericana”, escrito por una protagonista de este acontecimiento histórico (y que saldrá publicado, junto a otros textos, a lo largo de esta semana en Cuba Posible), que aporta datos esclarecedores sobre el documento, la marcha y también explica las bases para otras acciones a realizar después de la marcha de Brasilia. En ambos textos es muy importante el término empoderamiento.
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Manifiesto de la Marcha de las Mujeres Negras contra el Racismo y la Violencia y por el Bien Vivir |
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Marcha de las Mujeres Negras en Brasil: inspiración para la lucha latinoamericana |