Michael Maisel: “Esperamos que el presidente Trump siga desarrollando iniciativas de colaboración con Cuba que vayan mano a mano con nuestros intereses de seguridad nacional”.

James Williams, Presidente de Engage Cuba, a la izquierda, junto a Michael Maisel (a su derecha), y otros miembros de la coalición.
James Williams, Presidente de Engage Cuba, a la izquierda, junto a Michael Maisel (a su derecha), y otros miembros de la coalición.

Concluimos el dossier “La preservación del legado de Barack Obama: apostando por los que construyen”, con la participación de Michael Maisel, Director de Asuntos Externos de la coalición Engage Cuba. Maisel ha trabajado en el Huffington Post Media Group, donde coordinó la serie “90 miles”. Realizó una pasantía como Fullbright y en el Council on Foreign Relations. Engage Cuba, bajo la directiva de su Presidente James William, ha promovido la colaboración comercial entre Estados Unidos y Cuba, la libertad de viajes de los norteamericanos y el levantamiento del bloqueo, y junto a otros sectores de activismo han sido una pieza clave en la promoción de normalización de relaciones lograda durante la era de Obama.

¿Cuál es su opinión sobre las nuevas “directivas” del presidente Donald Trump hacia Cuba?

La nueva directiva del presidente Trump hacia Cuba, si bien no representa el peor de los escenarios posibles, sí es un retroceso significativo en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Los tres pilares de la directiva pudieran desencadenar un escenario de consecuencias dramáticas y negativas, que contradicen los fundamentos de la propia Administración. La eliminación de los viajes auto-certificables a título individual de ciudadanos estadounidenses a favor del acompañamiento obligatorio de compañías turoperadoras, es una estrategia pobre en cuanto a la posibilidad de dinamizar el sector privado, ya que los emprendedores cubanos no se pueden acomodar a grupos grandes de visitantes. Asimismo, viajar a Cuba se convierte en algo innecesariamente confuso y engorroso para los norteamericanos, a la vez que pone limitaciones adicionales a una libertad protegida por la Constitución de Estados Unidos.

En segundo lugar, expandir la categoría de cubanos nacionales “prohibidos”  (entendidos como blanco u objeto de las sanciones de Estados Unidos) para abarcar a otros nacionales cubanos, incluyendo a todos los empleados de tres grandes instituciones en la Isla, es problemático. Estos individuos son los cubanos de “a pie”, a quienes el presidente Trump ha profesado su deseo de ayudar. Al ponerlos en la lista de “nacionales prohibidos”, limita sus posibilidades de recibir remesas de familiares que viven y trabajan en Estados Unidos.

Finalmente, y quizá de manera más incierta, está la prohibición de realizar transacciones financieras con entidades afiliadas al sector militar. Si bien las compañías bajo la dirección de GAESA no controlan todos los negocios y empresas en Cuba, sí están imbricadas de manera ineludible en la economía cubana; lo cual haría casi imposible, para el viajero norteamericano, evadirlas.

La “directiva” preservará elementos claves de las regulaciones de la era de Obama, al mantener los vuelos comerciales y los cruceros, las ventas –limitadas- en la agricultura, y el fin de la ley “Pies Secos/ Pies Mojados”. Pero no hará avanzar nuestra relación con Cuba, lo cual es una oportunidad perdida a los efectos de promover a la sociedad civil y el crecimiento económico en la Isla.

¿Cuál será el impacto de estas políticas en el sector privado en Cuba?

El sector privado en Cuba recibirá el mayor impacto. Las encuestas muestran que la mayoría de los viajeros norteamericanos recurren a paladares, casas particulares y servicios de taxi, todos del sector privado. Sin embargo, es muy probable que la nueva “directiva” reducirá la demanda de viajes desde Estados Unidos porque, francamente, a los norteamericanos les preocupará la legalidad de sus viajes sin una auto-certificación de  viaje “pueblo a pueblo.” Estarán confundidos -con razón- sobre las transacciones financieras que puedan hacer mientras están en la Isla; sobre cuáles operadores de viaje son aceptables; y sobre qué razones cuentan como válidas entre los “propósitos aceptables” de viaje.

Igualmente problemática es la estipulación sobre el uso de los turoperadores. Si se quiere que los norteamericanos viajen en grupos, es mucho más probable que una compañía de viaje reserve hospedaje en una única locación, en lugar de distribuir a los viajeros en una serie de lugares de hospedaje (operados  por pequeños propietarios individuales). En muchos sentidos, es más fácil pagar por adelantado y reservar con entidades dirigidas por el Estado. Esto será una estocada al sector privado, a pesar de la insistencia del presidente Trump en que su política está diseñada para empujar a Cuba hacia el capitalismo.

¿De qué manera la organización a la cual está vinculado o dirige ha contribuido a la promoción de dinámicas de normalidad entre Cuba y Estados Unidos?

El principal objetivo de Engage Cuba es promover una relación de colaboración entre Estados Unidos y Cuba, que conlleve, en última instancia, a la eliminación de todas las restricciones comerciales y de viajes a la Isla. Tal activismo se hace manifiesto de diferentes maneras. Una de ellas es a través del contacto directo con miembros del Congreso y las oficinas congresionales de apoyo (sirviéndoles de palanca), con nuestra asistencia a sus reuniones, para que logren conseguir el apoyo de sus colegas. También fundamos divisiones locales de Engage Cuba, conformadas por líderes de negocios, asociaciones de comercio, universidades y otras instancias interesadas. Estas secciones a nivel de estados sirven para crear un momentum a lo largo y ancho del país, y para poner presión adicional en los miembros del Congreso, originada desde sus propios electores.

Engage Cuba también sirve como fuente a los reporteros, compañías y al público norteamericano. Monitoreamos constantemente el clima político alrededor de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba; y proveemos nuestros propios datos, resultantes de encuestas y análisis. Por ejemplo, en junio de 2017, publicamos un análisis de impacto económico antes del anuncio del presidente Trump, el cual pronosticó el coste alternativo para los negocios y contribuyentes norteamericanos, dado el caso de que el Presidente instaurara la reversión de la política de Obama hacia Cuba. Si bien las consecuencias de la actual directiva presidencial serán mucho menos severas que las previstas en el análisis, sirvió como un medidor útil para las compañías y medios de prensa, al ilustrar los peligros del peor escenario posible.

¿Considera Ud. que, bajo la nueva política, la Administración Trump continuaría la cooperación y comunicación con las autoridades cubanas en materia de lucha contra delitos de carácter internacional, rescate y salvamento marítimo y protección del ecosistema en el Golfo de México, entre otros?

Esperamos que el presidente Trump continúe con estas iniciativas que van mano a mano con intereses de seguridad nacional. Algunas de las más exitosas iniciativas conjuntas incluyen la colaboración en la intercepción de drogas, la cual resultó en la confiscación de unos 900 kilos de narcóticos por parte de las autoridades cubanas.

¿Cuál es su opinión sobre el hecho de que la Administración Trump ve un obstáculo en el hecho de que el sector militar tenga cierto control sobre la economía en Cuba? ¿Qué implicaciones pudiera tener para las relaciones entre ambos países, el hecho de que previsiblemente Raúl Castro no será Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros en la próxima legislatura?

Como bien explicó recientemente Bill LeoGrande, profesor de American University, el estimado acerca del alcance del sector militar en la economía cubana es probablemente exagerado. Sin embargo, es innegable que las empresas dirigidas por GAESA están entrelazadas de manera intrínseca con las estatales y con el sector privado. Dado que las agencias reguladoras emitirán las nuevas políticas hacia Cuba en los próximos meses, las instamos a tomar este hecho en cuenta, si es que la Administración no quiere sofocar el sector privado en la Isla. Cuba estará experimentando la transición política con la terminación de la jefatura de Raúl Castro, aparentemente en febrero del 2018. Creemos que será más importante aún que los norteamericanos visiten la Isla durante este momento crítico. Después de todo, nuestros ciudadanos son nuestros mejores embajadores.

Otros artículos del Dossier:

Jesús Arboleya: “Con respecto a Trump, estamos ante un forcejeo cuyo resultado más probable sea un escenario bastante ecléctico”.

Carlos Alzugaray: “Un cambio drástico en la política hacia Cuba sería sumamente perjudicial para los intereses de ambos gobiernos y de ambos pueblos.”

Marguerite R. Jiménez: “WOLA ha trabajado para hacer avanzar las relaciones entre ambos países”

Guillermo Grenier: “Seis pasos adelante, dos pasos atrás”.

Sarah Stephens: “El presidente Obama actuó sabiamente al trabajar junto con el liderazgo histórico de Cuba”.

Jorge Duany: “Seguiremos impulsando el flujo de información, ideas, personas y publicaciones entre los dos países”.

María Isabel Alfonso: “Con Raúl o sin Raúl, la soberanía de Cuba no será un elemento negociable en las relaciones entre ambos países.”

Collin Laverty: “Cuba seguirá cambiando a su propio ritmo y dentro de su propio contexto”.

Giancarlo Sopo: “Nuestra misión continuará y no se verá afectada por estos cambios de política”.

Sobre los autores
María Isabel Alfonso 23 Artículos escritos
Licenciada en Letras Hispanas en la Universidad de La Habana. Doctora en Lenguas Romances en la Universidad de Miami. Autora de numerosos artículos sobre las dinámicas socio-culturales de los años 60s en Cuba ―en específico, sobre las Ediciones...
Michael Maisel 1 Artículo escrito
Es Director de Asuntos Exteriores de la coalición Engage Cuba. Maisel ha trabajado en el Huffington Post Media Group, donde coordinó la serie “90 miles”. Realizó una pasantía como Fullbright y en el Council on Foreign Relations. Engage Cuba, ...
Luis Carlos Battista 36 Artículos escritos
La Habana (1988). Licenciado en Derecho por la Universidad de La Habana y en Relaciones Internacionales por Florida International University (FIU). Ha publicado sobre las relaciones exteriores de Cuba y Estados Unidos en espacios como OnCuba Magazine...
1 COMENTARIO
  1. Marlene Azor Hernández dice:

    Lo muy lamentable de este artículo es que el grave problema de los Derechos Humanos en Cuba no entre en su reflexión y acción. Así se diluye toda política decente en el planteo de su propuesta y en su práctica de «ayudar» a los cuentapropistas cubanos. A veces creo que es mejor que no intenten ayudarnos.

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