
Más de la décima parte de la nación cubana vive fuera del territorio nacional[i]. Las remesas hacia la Isla se han convertido en uno de los mercados más importantes para Cuba llegando, incluso, a superar en ingresos a la industria del turismo en el año 2015[ii]. Esto significa, por un lado, que la relevancia de la diáspora para la vida del país se hace cada vez mayor; y, por otro lado, implica que pensar a la nación y al Estado cubano requiere de una visión renovada.
El informe “La Diáspora Cubana en el Siglo XXI”[iii], elaborado por el Cuban Research Institute, refiere tres tipos de relación de los Estados con respecto a sus diásporas: por un lado, los Estados-Nación “denunciantes” son aquellos que rompen con la emigración, denunciándola muchas veces como traidora. En estos casos una noción particular de lo que debe ser la “Patria” está por encima del reconocimiento de la nación como un entramado cultural amplio y diverso. Cuba, durante la “Guerra Fría” fue un Estado “denunciante”. A partir de la década de 1990, el gobierno cubano se ha ido moviendo hacia otro tipo de modelo de relación entre el Estado y la diáspora: Estado Selectivo Estratégicamente. Esto significa que el Estado comienza a reconocer a su diáspora como parte legítima de la nación, pero no otorga a sus miembros todos los derechos. En este caso, y de acuerdo al citado Informe, la relación con la diáspora no ha sido institucionalizada. Una tercera aproximación es la del Estado-Nación transnacional; en este caso, los ciudadanos “emigrados” no solo son reconocidos como miembros de la nación, sino que sus derechos son plenamente garantizados, y el Estado les brinda importancia a la hora de implementar sus políticas públicas.
Como vemos, la denominación “Estado-Nación”, a secas, se torna poco efectiva para comprender las dinámicas de este binomio. Por un lado, el Estado enmarca las fronteras dentro de las cuales regula la administración de recursos y organiza el poder; por el otro, la nación cubana desborda ese marco geográfico, expande su diversidad cultural y, por tanto, enriquece el constructo social que llamamos “nacionalidad”.
Es en este escenario que creemos importante definir cómo debe manejarse (política y legalmente) la relación entre el engranaje institucional del Estado y la diáspora cubana; que no es más que aquella parte de la nación que tiene vínculos físicos sustanciales con otros territorios y, por tanto, también, con otros Estados y con otras naciones. Sin embargo, no podemos ya siquiera pensar a la diáspora como algo estático, como un grupo de personas que viven en algún otro país, sino que incluso, cada vez se hace más visible cómo emergen relaciones intermitentes entre cubanos con otros territorios y con el suyo propio; estas relaciones van desde lo laboral, comercial, o simplemente lo familiar.
Para construir las premisas que entendemos deben cimentar la aproximación a la relación entre el Estado y la diáspora cubana nos planteamos la siguiente pregunta, y cuya respuesta (por puntos) ha sido gestionada por Lennier López, sociólogo, y con la colaboración de Janny Carrasco, licenciada en Derecho, y Luis Carlos Batista, licenciado en Derecho y Relaciones Internacionales:
¿Cuáles premisas legales y políticas deben conducir y fundamentar la relación entre el Estado cubano y su Diáspora? ¿Qué acciones debe tomar un gobierno responsable para que esta relación sea fructífera y saludable?
- La relación del “Estado” y la “Nación cubana” debe ser comprendida en los términos de un Estado-Nación transnacional.
- La obtención del pasaporte cubano debe ser un derecho garantizado por el Estado a todos los ciudadanos, con la única excepción de individuos pendiente de causa legal.
- Todos los ciudadanos cubanos, sin importar su país de residencia, deben ser iguales ante la ley. Por ende, deben eliminarse las categorías de “cubano residente en el extranjero” y “cubano residente en el territorio nacional”.
- La Constitución cubana debe reconocer la ciudadanía múltiple de los ciudadanos nacionales que así lo elijan.
- El gobierno tiene la obligación de respetar, cumplir, hacer cumplir y promover el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para todos los ciudadanos cubanos, el cual establece:
- Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
- Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.
- Cuba debe unirse a varios países, entre ellos varias naciones latinoamericanas, que han garantizado constitucionalmente la representación parlamentaria a los ciudadanos residentes en el exterior.
- Cuba debería incorporarse a la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado para así trabajar en pos de la unificación progresiva de las reglas de Derecho Internacional Privado para facilitar los procedimientos judiciales y administrativos de carácter internacional entre privados.
- El Estado debe tener entre sus prioridades establecer contratos y convenios comerciales que faciliten y abaraten los costos de comunicación entre Cuba y los principales países receptores de cubanos.
- El Ministerio de Relaciones Exteriores debe trabajar de cerca con la diáspora y los gobiernos de los países en los que esta se encuentra para recolectar cifras demográficas, económicas, corrientes de opinión, etc. Y así facilitar el posterior trabajo en la creación de políticas públicas eficaces. La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) debe publicar datos referentes a la diáspora, de igual forma que lo hace respecto al resto de la nación.
- Estimular el regreso e inmigración de profesionales altamente calificados a través del apoyo financiero y logístico de proyectos investigativos públicos o particulares que puedan ser atractivos para este segmento social.
- Fomentar la relación entre “emigrados” y las instituciones educativas (universidades, preuniversitarios, etc.), culturales (casas de cultura, etc.) y deportivas de las que en algún momento formaron parte o de las que quieren formar parte.
- Aprobar una ley de “Memoria Histórica” donde las diferentes visiones de la historia de la nación, incluidas las de diversos grupos de la diáspora, cuenten con el apoyo institucional del Estado para rememorar el pasado de forma diversa e inclusiva.
- Todos los ciudadanos cubanos deben tener derecho al voto y postularse como candidatos a cargos públicos (salvo puestos de escala nacional), sin importar su país de residencia.
- El Estado debe reconocer los diversos grupos civiles de la diáspora como grupos nacionales y legítimos interlocutores de la sociedad cubana, y estar dispuesto siempre a debatir y reunirse con estos, en torno a temas que les afectan y preocupan, dentro de los márgenes del respeto y el reconocimiento mutuo.
- Los hijos e hijas de padre y/o madre cubanos tienen derecho a solicitar y recibir, luego de haber presentado la documentación pertinente, la ciudadanía cubana sin importar el país donde residan, afiliación política, religiosa, etc.
- La participación de la emigración en la economía del país debe ser prioridad para el Estado cubano, aprobando leyes que incentiven la inversión en el país de cubanos residentes en el exterior.
- Todos los ciudadanos cubanos, sin importar su país de residencia, tienen derecho a acceder, de igual forma y bajo las mismas condiciones, a los servicios públicos que garantiza el Estado cubano.
- Los gobiernos municipales y provinciales deben tener amplio margen de trabajo para desarrollar e implementar programas de acercamiento e inclusión de su diáspora en la vida de las provincias y municipios donde previamente residieron.
- Las oficinas consulares cubanas en países intermediarios y receptores de cubanos deben persuadir a estos gobiernos a comprometerse a brindar el mejor trato posible y garantías legales a los ciudadanos cubanos que pasen o residan por/en estos países.
- Las embajadas y oficinas consulares cubanas deben ofrecer un servicio de asistencia rápido y eficaz a los ciudadanos cubanos, ya sea en persona, vía telefónica, o en línea.
- La política de precios de estos servicios consulares no debe tener carácter recaudador o lucrativo, sino ir dirigida a cubrir los costos administrativos que conlleva brindar el servicio correspondiente.
- Las actividades y reuniones organizadas en consulados y embajadas cubanas en diferentes países deben ser abiertas al público y adecuadamente promovidas a través de los canales de comunicación disponibles.
[i] De acuerdo a la (Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD), el 10.6 por ciento de cubanos viven en territorios de países que componen la OECD. La ONEI no ofrece datos al respecto. http://www.un.org/esa/population/meetings/tenthcoord2012/IV.Jean-Christoph%20Dumont%20-%20Are%20recent%20immigrants%20differen-%20latest%20evidence%20from%20the%20OECD.pdf
[ii] De acuerdo al Anuario Estadístico de Cuba de la ONEI, correspondiente al año 2015, los ingresos asociados al Turismo internacional fueron de 2818.6 millones CUC (http://www.one.cu/aec2015/15%20Turismo.pdf) El monto de remesas familiares para ese mismo año fueron de 3354.10 millones de dólares y de 3444.68 millones en el 2016 de acuerdo a cifras del “Havana Consulting Group”
(http://www.thehavanaconsultinggroup.com/en-US/Articles/Article/30?AspxAutoDetectCookieSupport=1)
[iii] Para consultar este informe publicado en Julio de 2011, vea https://cri.fiu.edu/cuban-america/the-cuban-diaspora-in-the-twenty-first-century/la-diaspora-cubana-en-el-siglo-xxi.pdf
Adrian dice:
Qué bonito !. Qué bien planteado !. espero que los autores hayan tomado en cuenta lo siguiente:
1) En Cuba no ha habido después de 1959 ninguna dictadura desapareciendo gente ni masacrando a nadie. Asi que lo de la «Memoria Histórica» está más que claro…en los archivos desclasificados de la CIA: Y todavía cuando en Miami hablan de las bandas de alzados en el Escambray dicen que fue una «respuesta democrática» (podríamos preguntarle a los asesinados por dichas bandas ?)
2) El día en que la contrarrevolución cubana radicada en Miami (que aun pervive, aunque cada vez su impacto es menor) deje de intentar atacar a su país natal, en contubernio con las clases dominantes en EEUU, que son los patrocinadores fundamentales (ya que nunca aceptarán el socialismo en Cuba) entonces quizás podríamos hablar de que la diáspora cubana tenga representación parlamentaria. No olvidemos que en definitiva, esas figuras pertenecen a democracias representativas que cada vez están más manipuladas y desacreditadas. Recordar Brasil, Argentina, etc. Y además, todo cubano que lleva hasta 24 meses fuera de su país, puede seguir votando en las elecciones cubanas, incluso en las nacionales, si lo desea. Solo tiene que estar en Cuba.
3) Risible lo del punto 17. Y lo del punto 16.
4) Este artículo es otra muestra más de la receta «Cuba Posible»: Apropiación de los logros revolucionarios, de medidas que ya Cuba ha tomado (puntos 1,2,5,14,15, 20,21 entre otros), para sumándole «nuevos» elementos del viejo discurso anticubano, intentar subvertir al estado cubano y desmontar su proyecto social.
5) Por cierto,sobre el tema de las embajadas, en ningún país del mundo una embajada hace actividades abiertas en sus sedes para todo el mundo. Y lamentablemente, hay una larga historia de agresiones a sitios y funcionarios diplomáticos cubanos..incluso en Miami (ya en 1959), e incluso en Nueva York. Recordar el 11 de septiembre…de 1980. Vaya a ver si a la Embajada de EEUU en Iraq se le ocurre hacer ese tipo de actividades.
6) Tal parece que a los autores del artículo, se les ha olvidado la agresión permanente de EEUU contra Cuba, y el uso, como parte de ella, de ciudadanos cubanos nacidos en Cuba. Preguntar por Posada Carriles, alli mismo en Miami.
Fernando dice:
Hay un par de puntos que la historia desde 1959 hasta hoy día los hace cuestionables. Uno es lo de «socialismo en Cuba», ya que me es muy difícil reconocer a Cuba como estado socialista como si tal cosa fuese tan fácil como inscribirlo en las banderas. La otra es lo de «los logros de la revolución» que si bien hubo en su día, actualmente se han quedado bastante vacíos de contenido.
¿Usted se atreve a teorizar con sus camaradas el socialismo en sólo país para Cuba en 2018? Adelante, es un reto enorme.
Mi país (España) se ha transformado radicalmente en los últimos 30 años en todos los ámbitos de la vida sin llamarlo revolución ni haciendo ruido épico.
Jorge Serguera dice:
Uno de los puntos sensibles para el entendimiento futuro entre el Estado y la Diáspora es la cuestión de las expropiaciones.
Creo que la premisa tiene que ser encontrar una solución justa y lo más equitativa posible, pero partiendo del principio de que no hay nada que devolver. Planteado de este modo, el punto de vista pudiera parecer divisionista y fundamentalmente contrario al propósito de unir al grupo cubano. Nada más lejos del ánimo general del grupo y de la lógica del regreso a un entendimiento generado dentro de nuestra cultura e identidad nacional. ¿Por qué no hay nada que devolver?
· Muchas de las propiedades “a devolver” hoy no existen o fueron modificadas radicalmente, por lo que pueden ser consideradas distintas a las originales.
· Relativo a propiedades que conservan sus características originales, debe prevalecer la idea de que sería injusto devolver a unos sí y otros no.
· En el ámbito inmobiliario despojar de sus viviendas propietarios favorecidos por la revolución para devolverlas a antiguos propietarios emigrados, sería un acto contrario al propósito de unificar el grupo.
· No se debe devolver ninguna propiedad amparada por la Ley Helms Burton. El grupo cubano debe mantener el principio de que no acepta y rechaza la aplicación de leyes extraterritoriales.
· No se pueden ofrecer compensaciones monetarias, pues no hay recursos para ello y no hay que sobrecargar el esfuerzo de la reconstrucción de la economía con gastos que no generarán beneficios en la escala nacional.
Ha que reconocer que la Revolución es fuente de Derecho y sus actos legítimos. El derecho positivo revolucionario, como cualquier otro, es imperfecto, luego es susceptible de ser modificado.
Un acto de justicia en este asunto, que constituye una posible solución al problema, es ofrecer a las personas jurídicas o privadas cubanas un derecho prioritario en las inversiones de capital en el país. Es decir, los cubanos, donde quiera que estén, tienen el derecho de tanteo. Aquellos que fueron expropiados deben participar ventajosamente en las licitaciones que se convoquen. Igualmente, y en aras de garantizar la preeminencia nacional, más del 50% de las inversiones tiene que quedar siempre en manos cubanas, públicas o privadas. Esto debe ser igualmente válido para la adquisición de bienes raíces en el área privada y comercial.
Todo lo arriba dicho, es la concreción del llamado Estado-Nación Transnacional que presupone la unidad del Grupo Cubano, sin importar la ubicación geográfica de sus componentes. Esto supera la noción “Nación y Emigración”, que es divisiva por definición pues queda implícita la existencia de dos conjuntos de personas que por su estatus legal son diferentes. La noción «Grupo Cubano», que me atrevo a adelantar, es un conjunto que tiene dos subconjuntos de ciudadanos protegidos por el mismo derecho, cuya única distinción es la diversa ubicación geográfica de sus elementos.