
La llegada del presidente Raúl Castro al poder en Cuba, en el año 2006, ha estado marcada por una multilateralización de las relaciones internacionales del país, desde una concepción realmente nueva, que ha procurado un vínculo más a tono con las dinámicas globales. Lo anterior es posible constatarlo si tenemos en cuenta la relevancia que el actual gobierno de la Isla le ha brindado a la creación y desarrollo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), al logro de un exitoso proceso de diálogo y cooperación con la Unión Europea, y al acercamiento a organizaciones e instituciones internacionales, así como a las relaciones estables y renovadas con Rusia, China y los países africanos. Desde esta lógica, de particular relevancia ha sido el inicio del proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Este acontecimiento ha tenido lugar gracias a la desición política, al compromiso y a la buena voluntad, de amplios sectores en ambos países.
En este contexto, ha resultado de especial importancia la gestión en La Habana del embajador de Estados Unidos Jeffrey DeLaurentis, junto a su equipo de trabajo. Estos han realizado sus gestiones en el contexto del respeto a la soberanía cubana y con un sentido de apertura hacia los más diversos sectores de la realidad nacional. Quizás, por primera vez en mucho tiempo, la Embajada de Estados Unidos en La Habana también ha mostrado receptividad e interés por posturas que con anterioridad han enfrentado a ambos gobiernos y a sectores de ambos países. Se ha tratado de proyecciones nacionalistas, contrarias al injerencismo y defensoras de la justicia social, así como de otras cuestiones completamente legítimas para la sociedad cubana. Incluso, este equipo de trabajo y la política que han representado, llegaron a trabajar en contra del bloqueo/embargo y a favor de una relación bilateral que se desmarque de 200 años de conflictos históricos. Esto, por su parte, no implicó (ni debíamos procurar que implicara) que dejaran de defender los intereses y las preferencias políticas de los importantes sectores estadounidenses que representaron.
Durante el transcurso de este proceso de normalización de las relaciones bilaterales, todos hemos sido testigos de la profesionalidad y altura política de los diplomáticos de ambos países, que han trabajado desde La Habana. Los diplomáticos estadounidenses destacados en la Isla, protagonistas de estos sucesos históricos, han comenzado a ser relevados de sus cargos. Desde hace semanas se han marchado algunos y otros se marcharán en los próximos días. El pasado 8 de julio regresó a su país el embajador DeLaurentis.
Agradecemos al Embajador y a su equipo por el trabajo realizado para ayudar a construir los nuevos caminos que prometieron los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
La Habana, 10 de julio de 2017.
Roberto Veiga González, director general de Cuba Posible.
Lenier González Mederos, sub-director general de Cuba Posible.