
Esto además fue posible, en gran medida, porque cuando pocos eran capaces de aceptar y promover la distención política y el ineludible proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el Diálogo lo hacía -aunque ello fuera contracorriente; y siempre lo hizo con suma sensibilidad, con exquisito respeto y con admirable sabiduría.
Por todo eso, estoy hondamente agradecido al Diálogo Interamericano, y en especial a los señores Michael Shifter y Peter Hakim, presidente y presidente emérito, respectivamente, de esta institución. Asimismo, ratifico públicamente el compromiso que asumí en aquel instante, a favor del trabajo de la institución, del esfuerzo por un hemisferio mejor, y por todo lo que ello pueda ofrecer (como diría una amiga entrañable, presente en esta sala) a esa islita nuestra, verde y pequeña. Del mismo modo, agradezco a tantos colaboradores y amigos que han sido los más importantes protagonistas de nuestra hermosa aventura, primero a través de la “Revista Espacio Laical” y después por medio del “Laboratorio de Ideas Cuba Posible”; pues aunque la invitación fue personal y la aceptación sólo implica a mi persona, todos mis actos son, en gran medida, un resultado del esfuerzo de ellos y, a su vez, procuran ser una ofrenda entrañable a favor del compromiso de esos buenos cubanos.
Muchas gracias.
Washington, 12 de abril de 2016.