Referendo constitucional en Cuba: análisis temprano

Foto: El Nuevo Herald
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  4. La Constitución del disenso
  5. Trazas del proceso constitucional
  6. Mi voto será… secreto
  7. Lo “bueno”, lo “malo” y lo “raro” en la Constitución cubana de 2019
  8. Cuba y su nueva Constitución: ¿SÍ o NO?
  9. El proyecto de nueva Constitución: más sombras que luces
  10. Cuba: nueva Constitución y trayectorias al presente y al futuro
  11. El referéndum en Cuba: ¿habrá país para todas y todos?
  12. La nueva Constitución cubana frente a las constituciones del “socialismo del siglo XXI”
  13. La nueva Constitución sigue anclada al modelo soviético
  14. Nueva Constitución en Cuba: ¿“cambio sin ruptura” o “Línea Maginot”?
  15. La religión y la nueva Constitución cubana: a propósito de un “mensaje” de los Obispos católicos
  16. Constitución, medios de comunicación y formas de propiedad
  17. Mi 24 de febrero
  18. Referendo constitucional en Cuba: análisis temprano

Ha sido aprobada la nueva Constitución de la República por una mayoría amplia, que sobrepasó los dos tercios. Dos grandes temas emergen de cara al futuro inmediato. Primero, que desde el punto de vista de los derechos políticos ciudadanos no puede continuar ignorándose la gravitación de un componente cada vez mayor (de más de un 20 por ciento) contrario, o crítico, al modus operandi del sistema. Segundo, la adopción de las leyes particulares que instrumentarán los enunciados generales constitucionales, que harán más “atractivo” no sólo el contenido jurídico, sino la instrumentación práctica de las nuevas leyes que se deriven del nuevo cuerpo constitucional.

Veamos las cifras aportadas por la Comisión Electoral Nacional:

Fuente: Comisión Electoral Nacional.

 

-Ejercieron el voto 7 millones 848 mil 343 electores. Esta cifra es particularmente elocuente, pues indica un inusual ausentismo de más de un millón de electores (1 millón 449 mil 934) que, al abstenerse de votar, ejercieron lo que más convencionalmente se identifica como “voto negativo”.

-Votaron por el Sí 6 millones 816 mil 169 electores.

-Votaron por el NO 706 mil 400 ciudadanos. A este sector del NO, le agrego 1 millón 449 mil 934 votos ausentes (antes mencionados), y los 325 mil 774 ciudadanos que anularon o dejaron en blanco sus boletas, y tenemos 2 millones 482mil 108 electores del actual empadronamiento. Todos estos cubanos, reitero, tendrán que disponer en el futuro de sus propios mecanismos y medios de representación política/institucional.

Algunas consideraciones son indispensables para una mejor comprensión y valoración de los resultados del referendo. Ellas son:

-No debe sorprender a nadie, realmente familiarizado con el proceso cubano, una victoria electoral semejante. Hay que ser ciego o demasiado parcializado políticamente, para no reconocer los visibles avances conceptuales que aparecen en esta nueva Constitución, en comparación con los textos constitucionales de 1976 y 1992.

-No puede pasarse por alto que el sistema político vigente en Cuba -más allá de sus muchas limitaciones, errores y reparos- ha gozado hasta ahora de un nivel de lealtad histórica de parte de una holgada mayoría de la población, en especial entre la población madura y de la tercera edad (muchos de ellos, protagonistas y partícipes activos del proceso revolucionario). En meses recientes, la función de bienestar social del sistema cubano tuvo oportunidad de desplegarse con bastante éxito frente a los sucesivos fenómenos de desastres naturales registrados en el último semestre. Las campañas mediáticas entre agosto del 2018 y febrero del año en curso, y las rectificaciones favoreciendo al sector privado en ascenso y a la inversión extranjera, reforzaron la totalidad de estos componentes sociales y políticos.

-Este referendo se definió en términos tajantes: Sí o NO, no había alternativas, u opciones para alternativas, entre un enunciado y otro. Todo ello había sido ya ventilado en la fase de debate del anteproyecto y su penúltimo paso, la votación por la Asamblea Nacional el pasado diciembre.

-No se pusieron a votación, por ejemplo, algunos de los elementos más polémicos (se hubiera podido hacer una selección de los tres o cinco más controversiales) que habrían ofrecido espacios para una votación más diferenciada, que hubiese brindado oportunidades para una selectividad mayor.

-En este contexto, el llamado “voto negativo” asumió entonces dos formas: una en las boletas (que votaron NO) y la segunda en un notable abstencionismo para los precedentes electorales cubanos.

-En estos acontecimientos, se presentan dos elementos internacionales de importante influencia en el medio político cubano. Por un lado, la etapa actual de apogeo agresivo y amenazas de parte de Estados Unidos contra Cuba, lo que abroquela no pocas voluntades en contra de Washington y en respaldo al gobierno cubano. Por el otro, el esquema de desestabilización y amenazas de parte de la Administración norteamericana y sus aliados en contra del gobierno chavista, cuya sobrevivencia hasta ahora -lejos de intimidar a los que continúan apoyando al proyecto cubano- ha inyectado fuerza adicional a los cubanos que rechazan la injerencia norteamericana en todas sus formas.

-Balance final: la actual dirigencia, en su presente fase de transición hacia un desenlace nacional de continuidad renovada, se ha anotado una victoria importante.

-Es notable observar que entre los dirigentes a los que los medios oficiales dieron cobertura, ninguno sobrevaloró o exageró la votación que se producía ese día. Con marcada moderación se referían a la seguridad de que la Constitución sería ratificada “por la mayoría” (Homero Acosta, Secretario del Consejo de Estado, uno de los artífices de la nueva Constitución). Nadie habló de unanimidad o de abrumadora mayoría. Otros -como Marino Murillo, vice-presidente a cargo de poneren práctica los “Lineamientos”- resaltó la trascendencia de las reformas económicas y la idea de que “un país no se puede desarrollar sin ayuda de la inversión extranjera”. Mientras, Luis Torres Iribar, secretario del Partido en La Habana y abogado de profesión, enfatizaba que “posterior al referendo, comenzará el proceso de redacción de leyes para que la nueva Constitución se asiente en la vida cotidiana de los cubanos.”

Sobre los autores
Domingo Amuchástegui 31 Artículos escritos
(La Habana, 1940). Licenciado en Historia por la Universidad Pedagógica. Máster en Educación por la Florida International University. Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad de Miami. Fue Jefe de Departamento en el Ministerio de Re...
2 COMENTARIOS
  1. marlene azor dice:

    Hay que seguir denunciando el fraude del referendo.Las cifras oficiales resultado del referendo SON UN FRAUDE INSTITUCIONAL Y ESTRUCTURAL DEL SISTEMA POLÍTICO CUBANO. Los ciudadanos por ley electoral, no tienen forma de controlar el manejo de las autoridades electorales del padrón electoral y del conteo de votos en el nivel Municipal Provincial y Nacional. Solo pueden asistir al colegio electoral y observar el conteo de votos, y muchos fueron reprimidos. EL PROCESO ES A PUERTAS CERRADAS EN EL NIVEL MUNICIPAL PROVINCIAL Y NACIONAL. NO HUBO OBSERVACIÓN INTERNACIONAL QUE VALIDARA EL PROCESO NI EXISTE EN EL SISTEMA UNA ORGANIZACIÓN NACIONAL INDEPENDIENTE AL PCC, QUE CONTROLE EL PADRÓN ELECTORAL Y EL CONTEO DE VOTOS.ERGO EL FRAUDE ES INSTITUCIONAL Y ESTRUCTURAL. NO SE PUEDE ACEPTAR NI UNA SOLA CIFRA DEL GOBIERNO. En eso todo el análisis del autor queda en suspenso porque empieza por validar los resultados oficiales. PUEDE SER QUE EL AUTOR NO SE HAYA LEÍDO LA LEY ELECTORAL CUBANA NI COMPRENDA QUÉ SIGNIFICA LA UNIDAD DE PODER EN CUBA. YO DESESTIMO TODA CIFRA OFICIAL POR LAS RAZONES QUE HE EXPLICADO. UN FRAUDE INSTITUCIONAL Y ESTRUCTURAL NO PUEDE SER TOMADO COMO FUNDAMENTO PARA ANALIZAR LA SITUACIÓN NACIONAL.

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