Sería muy pertinente que la Asamblea Nacional argumentase públicamente las causas para no aceptar determinadas propuestas

Foto: BBC Mundo
  1. Reforma constitucional en Cuba: agendas mínimas para un debate amplio
  2. Agendas mínimas para un debate amplio: Jovann Silva Delgado
  3. Agendas mínimas para un debate amplio: Alexei Padilla
  4. Agendas mínimas para un debate amplio: Jorge I. Domínguez
  5. Agendas mínimas para un debate amplio: Carlos Alzugaray Treto
  6. Agendas mínimas para un debate amplio: Pedro Alexander Cubas Hernández
  7. Agendas mínimas para un debate amplio: Elaine Acosta
  8. Agendas mínimas para un debate amplio: Víctor Fowler Calzada
  9. Agendas mínimas para un debate amplio: Pavel Giroud
  10. Agendas mínimas para un debate amplio: Eugenio R. Balari
  11. Agendas mínimas para un debate amplio: Ariel Dacal Díaz
  12. Agendas mínimas para un debate amplio: Rafael Rojas
  13. Agendas mínimas para un debate amplio: Sandra Abd´Allah-Alvarez Ramírez
  14. Agendas mínimas para un debate amplio: Gustavo Arcos Fernández-Britto
  15. Agendas mínimas para un debate amplio: Domingo Amuchástegui
  16. Agendas mínimas para un debate amplio: Lenier González Mederos
  17. Agendas mínimas para un debate amplio: Mauricio De Miranda Parrondo
  18. Agendas mínimas para un debate amplio: Julio Batista
  19. Agendas mínimas para un debate amplio: Norges Rodríguez
  20. Agendas mínimas para un debate amplio: Lennier López
  21. Agendas mínimas para un debate amplio: Yaima Pardo
  22. Agendas mínimas para un debate amplio: José Raúl Gallego Ramos
  23. Agendas mínimas para un debate amplio: Ovidio D´Angelo
  24. Agendas mínimas para un debate amplio: Omar Everleny Pérez Villanueva
  25. Agendas mínimas para un debate amplio: Carlos Manuel Rodríguez Arechavaleta
  26. Agendas mínimas para un debate amplio: Julio Antonio Fernández Estrada
  27. Agendas mínimas para un debate amplio: Jorge Serguera
  28. Agendas mínimas para un debate amplio: mapa de contenidos y propuestas
  29. Cuestión de prioridades
  30. Se impone un rediseño total del sistema electoral, desde la base hasta la Asamblea Nacional
  31. Que el imperativo ético de ser representantes del pueblo de Cuba les ilumine para que hablen con fuerza e inteligencia
  32. Tres temas para repensar en los derechos civiles y políticos del pueblo cubano
  33. Sería útil y bueno que el Parlamento se parezca a la profundidad y a la seriedad develada en los debates sobre el Proyecto de constitución
  34. Sería muy pertinente que la Asamblea Nacional argumentase públicamente las causas para no aceptar determinadas propuestas
  35. Tres temas esenciales sobre el debate constitucional

Como resultado del dossier titulado “Agendas mínimas para un debate amplio”, hemos constatado que tres temas resultan convergentes tanto a los debates populares (en los barrios, en los centros laborales y educativos de todo el país), como en el referido Dossier. El pueblo en general (según cifras oficiales) y los especialistas convocados por  Cuba Posible hicieron referencia a estos tres temas: a) la forma de elección del Presidente, b) el matrimonio igualitario, y c) el rol y forma de elección de la nueva figura del Gobernador. Teniendo esto como base, les hemos preguntado a un grupo de participantes del mismo Dossier por qué, a su juicio, resultaría indispensable (o no) que los diputados cubanos tengan en cuenta estas prioridades mientras deliberan y aprueban la nueva Carta Magna y, también, en qué condiciones se encuentran para hacerlo. A continuación exponemos las respuestas del comunicador Alexei Padilla Herrera.

Yo he tenido la experiencia de conocer de cerca los regímenes socialista (Cuba) y democrático liberal (Brasil) y en ambos constatado un hiato entre la voluntad de los representados (los ciudadanos) y las opiniones y decisiones tomadas por los representantes (Parlamento) en las arenas deliberativas formales. Hay intereses partidarios, económicos, estratégicos y aferramientos ideológicos que se imponen y pasan por encima de los anhelos de la ciudadanía. La diferencia es que en las democracias liberales el voto es competitivo y, en Cuba, los diputados son electos por una “comisión de candidatura” que actúa como un filtro político y los ciudadanos solo ratificamos esas propuestas.

Si bien los diputados podrán estar al tanto de muchos de los planteamientos de la ciudadanía, solo aquellas propuestas que no alteren considerablemente ni se opongan a lo plasmado en un proyecto de constitución (cuyo núcleo duro fue definido de antemano por un grupo de trabajo del Partido Comunista de Cuba), serán incorporados en la nueva Carta Magna. El resto será puesto a un lado por inconveniente.

Sobre las condiciones de los diputados, no podría ahondar mucho pues desconozco las características de muchos de los integrantes de esta legislatura. De los más nuevos apenas sabemos lo que aparece en sus brevísimas biografías. Ignoramos cuáles son sus propuestas para resolver los problemas del país, más allá de adherir a lo planteado en los “Lineamientos” y en la “Conceptualización del Modelo”. No sabemos si ellos se reúnen con las organizaciones y los vecinos de las localidades por donde fueron ratificados. ¿Cómo saber cuáles son sus opiniones cuando los medios no divulgan suficiente información sobre las discusiones en comisiones y en el pleno? Tampoco tenemos acceso a las actas sobre los temas debatidos. De esa forma, es difícil cuestionar o validar la preparación de los diputados para defender propuestas que vayan en contra, o a favor, de las concepciones de los arquitectos del actual proyecto de ley suprema.

De cualquier forma, debemos preguntarnos si la preparación de los parlamentarios cubanos está a la altura de lo que se espera de ellos. ¿Será que la mayoría tiene conocimientos técnico-jurídicos para elaborar proyectos de ley, discutir cuestiones de naturaleza legal, impulsar la discusión y aprobación de políticas públicas en diversas áreas? Por lo que observé en las sesiones que la televisión cubana transmitió hace unos meses, la respuesta sería no. Incluso quedó clara que falta preparación a muchos diputados, incluyendo a Miguel Barnet, para contestar a los planteamientos de Homero Acosta y José Luis Toledo Santander, en relación a algunos temas del proyecto. Igualmente se nota en el Parlamento la ausencia de importantes juristas cubanos que son referencia en derecho constitucional. Los que conozco no fueron convocados ni como consultores.

Tengo mis dudas. No sé si lo que va a determinar la aceptación o no de una propuesta será la voluntad expresa de la ciudadanía, o lo que según criterio del PCC es lo mejor para el país. Sería muy pertinente –aunque lo creo improbable– que la Asamblea Nacional del Poder Popular argumentase públicamente las causas para no aceptar determinadas propuestas. Esto vale para temas como la elección directa del presidente del país, el reconocimiento del pluralismo político, la legalización de medios de comunicación no estatales, la inversión de nacionales en la economía del país (más allá de los “timbiriches”), la eliminación de la pena de muerte, por solo citar unos ejemplos de aspectos que difícilmente entrarán en la nueva Constitución.

Por tanto, como ciudadano cubano, a partir de la propia propuesta, su génesis, el contexto socioeconómico y político en el que surge, la práctica y cultura políticas actual, creo que no debemos hacernos grandes expectativas. Con todo, hay que reconocer el valor del proceso consultivo convocado por el gobierno y la alta participación que ha tenido. Incluso cuando sabemos que el motivo de ese consultivismo leninista, o deliberacionismo autoritario a lo cubano, tenga como fin principal la legitimación de medidas elaboradas previamente sin la participación de la sociedad desde el inicio del proceso.

Sobre los autores
Alexei Padilla Herrera 10 Artículos escritos
(La Habana, 1985). Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de La Habana y master en Comunicación Social por la Universidad Federal de Minas Gerais. Se ha desempeñado como profesor y traductor.
1 COMENTARIO
  1. Alexei , cuando se acabe el cerco de los Estados Unidos osbre Cuba y de la mafia cubano amerciana, seguro que muchas de las propuestas seran bienvenidas, aceptar cambios politicos a esta altura, es ponerle en bandeja de plata el pais a la reacción. Precisamente las medidas de bloqueo tienen como objetivo fomentar el descontento nacional , todo lo cual puede ser facilmente apropiado para los intereses de cualquier partido de oposición dentro de un marco pluripartiditista para ganar ampliamente las elecciones, d ela misma forma que Bonaro lo hizo dentro de la democracia liberal del Brasil, de la cual tienes experiencia. No creo que se amuy inocente tus propuestas

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