
Como resultado del dossier titulado “Agendas mínimas para un debate amplio”, hemos constatado que tres temas resultan convergentes tanto a los debates populares (en los barrios, en los centros laborales y educativos de todo el país), como en el referido Dossier. El pueblo en general (según cifras oficiales) y los especialistas convocados por Cuba Posible hicieron referencia a estos tres temas: a) la forma de elección del Presidente, b) el matrimonio igualitario, y c) el rol y forma de elección de la nueva figura del Gobernador. Teniendo esto como base, les hemos preguntado a un grupo de participantes del mismo Dossier por qué, a su juicio, resultaría indispensable (o no) que los diputados cubanos tengan en cuenta estas prioridades mientras deliberan y aprueban la nueva Carta Magna y, también, en qué condiciones se encuentran para hacerlo. A continuación exponemos las respuestas de Ariel Dacal Díaz.
Un primer asunto es que, al hacer una lectura entre líneas de las informaciones y análisis oficiales, pareciera que la figura del Gobernador será sometida a elección popular en la provincia donde ocupará el cargo. Por el contrario, no son previsibles modificaciones en el tema de elección en el caso de la figura del Presidente. De la lectura de esa misma fuente se puede deducir que no habrá cambio esencial en el artículo 68, quizá alguna nota que limite, por ejemplo, la cuestión de la adopción.
Esto quiere decir que no está dicha la última palabra. Por tanto, los diputados y diputadas llegan en una condición diferente a este debate. Han pasado varios meses desde que se presentó el Proyecto y han sido muchas las reacciones, comentarios, propuestas y enfoques surgidos. Cada uno y cada una tendrán la posibilidad de presentar opiniones más elaboradas, posiciones más claras que, si bien lo harán a título personal, tienen detrás un acumulado importante de reflexiones.
Los tres puntos son, sin dudas, importantes. Tocan de manera directa dos asuntos estructuradores de las constituciones contemporáneas: la democracia y los derechos. Asuntos que si bien aparecen en el Proyecto de muchas otras maneras, no por ello debe desatenderse en estas particularidades.
¿Cuál será la cercanía que el Presidente/a y el Gobernador/a tendrá con el soberano/a? ¿Cuáles serán los mecanismos de control de este/a sobre aquellos/as? ¿Cuáles serán las prerrogativas de ambos funcionarios/as públicos? Estás preguntas pudieran contribuir al debate entre los diputados y las diputadas. Como lo haría también preguntar ¿el matrimonio igualitario como norma debe esperar a una nueva cultura, o por el contrario, será un punto de partida para caminar hacia ella?
Sería útil y bueno para el país y su orden que el Parlamento se parezca a la profundidad, seriedad, incluyendo las diferencias, develadas en los debates sobre el P-royecto de constitución. Esto, lejos de ser un problema, es una riqueza enorme cuyo tratamiento político debe ser contendido concreto del cambio de mentalidad aludido por Raúl Castro, y sobre lo cual Díaz-Canel ha dado una buena señal recientemente.