
La unificación de las tasas de cambio fue abordada en la reunión del Parlamento cubano de diciembre de 2017. Se reiteró la importancia de alcanzar ese objetivo, agregándose el dato de que más de 200 especialistas, en 13 subgrupos, han estado trabajando intensamente en el tema y que, incluso, se han consultado a expertos extranjeros, aunque no quedó claro si se alcanzará la unificación de las tasas en 2018.
En cualquier caso, es muy positivo el reconocimiento de que se trata de un asunto que necesita ser resuelto lo antes posible. Un reciente artículo de Ariel Terrero, titulado “Moneda difícil”, ha comentado el tema.
Es un artículo interesante que, sin embargo, contiene al menos dos imprecisiones que conviene aclarar antes de que se conviertan en parte de una “leyenda” sobre la política económica contemporánea en Cuba. Una de las imprecisiones se refiere al proceso de toma de decisiones de las políticas públicas; la otra imprecisión se relaciona con la manera en que el entorno institucional condiciona la rentabilidad de las actividades económicas en la Cuba actual.
Poniéndole el cascabel político al gato económico
El artículo parece tratar de “explicar” la tardanza de la unificación cambiaria a partir de una supuesta falta de confianza que existiría entre los economistas en cuanto a sus propias capacidades para ofrecer soluciones. Ante la complejidad del problema, se limitarían a “elucubrar” fórmulas y no serían capaces de alcanzar acuerdos entre ellos.
Con todo respeto, ese es un planteamiento simplista que pudiera motivar que el lector no especializado considerase, erróneamente, que la responsabilidad por corregir la multiplicidad de las tasas de cambio en Cuba recae sobre los economistas.
Eso sería como pedirle peras al olmo, y la razón es sencilla de entender: la principal dimensión del reto de la unificación de tasas cambiarias no es técnica, sino política. Por tanto, no les corresponde a los economistas adoptar las decisiones respecto a las soluciones que se necesitan. Los economistas proponen opciones, los políticos toman las decisiones.
Es importante insistir en que la “complejidad del paso” es esencialmente de naturaleza política, y no técnica. Una unificación de las tasas de cambio que signifique la devaluación de la moneda nacional (peso cubano, CUP) respecto a la tasa oficial actual de 1 USD = 1 CUP, inevitablemente haría irrentables muchas empresas estatales. Un estudio riguroso, publicado en la principal revista económica del país, estimó en 38 por ciento el número de empresas de la muestra estudiada cuyos resultados contables se afectaría negativamente, en cuanto a su rentabilidad en divisas. Puede leerse aquí
Mantener funcionando las empresas estatales que pasarían a ser irrentables en condiciones de una tasa de cambio única devaluada, implicaría considerar tres posibles opciones: en primer lugar, destinar miles de millones de pesos a subsidiarlas, si se decidiese que continúen funcionando en condiciones de irrentabilidad (el monto actual de subsidios empresariales, de 14,465 millones de pesos, ya es enorme); en segundo lugar, “cerrar” empresas o “racionalizar” sus operaciones, en caso de no pretender subsidiarlas o de no poder hacerlo; y en tercer lugar, una posible combinación de subsidios y de “racionalización”.
Esas decisiones consisten, esencialmente, en proporcionar respuestas a preguntas políticas, como las siguientes: ¿a quiénes se “empodera” y a quiénes se “desempodera” cuando se reasignan gastos del presupuesto para subsidiar las empresas irrentables?; ¿dónde relocalizar los miles de trabajadores resultantes del “cierre” o de la “racionalización” de empresas?; ¿cuál debería ser la escala y las reglas de funcionamiento del sector no estatal para poder absorber de manera efectiva los trabajadores desplazados de las empresas estatales?
No es difícil entender que las prioridades presupuestarias, el empleo, los salarios, y el tamaño del sector no estatal son cuestiones esencialmente políticas, no técnicas. Las soluciones, por tanto, deben venir del sistema político, no de los economistas.
No se refiere, necesariamente, a soluciones originadas en los profesionales de la política. Una propuesta de Programa de Estabilidad Económica (PEC) presentada hace poco propone establecer, provisionalmente, un órgano político consultivo compuesto, en no menos del 60 por ciento, por trabajadores estatales que laboren directamente en la producción, para facilitar vías de control obrero directo en el marco del proceso de decisiones relativos a la unificación de tasas de cambio. El Programa puede leerse aquí
¿Tirándole al mensajero?
No queda claro respecto a cuáles economistas se refiere exactamente el artículo, pero esa vaguedad brinda la oportunidad de hacer algunas precisiones acerca del trabajo de los economistas en relación con el tema de las tasas de cambio en Cuba.
Parecería ser que la referencia mordaz que se hace en el artículo a economistas “sesudos” indica que se trataría de los economistas que no trabajan actualmente como funcionarios de las instituciones oficiales que diseñan y aplican las políticas. Para simplificar, les llamaré economistas-académicos.
La imagen de que los economistas-académicos cubanos son “elucubradores” aquejados por una falta de confianza en sí mismos para proponer soluciones respecto a la complejidad monetaria y cambiaria de Cuba, y que, además, ni siquiera logran entenderse entre ellos, no se corresponde con la realidad.
Para empezar, no hace justicia al trabajo de análisis y a las propuestas que han realizado especialistas como Humberto Pérez, Joaquín Benavides, José Luis Rodríguez, Vilma Hidalgo, Juan Triana, Yaima Doimeadiós, Julio Carranza, Luis Gutiérrez, Pavel Vidal, Omar Everleny Pérez, o Jessica León, por mencionar algunos de los más citados.
El artículo tampoco parece querer admitir, o minimiza, que entre los economistas-académicos, y entre estos y los economistas-funcionarios, hay áreas de acuerdo sobre el tema, que obviamente coexisten con divergencias. Conviene anotar que ha existido colaboración científica, incluyendo la coautoría de publicaciones, entre economistas- académicos y economistas que se desempeñan como funcionarios, como han sido los casos de Carlos Pérez Soto, Anabel Barceló Pérez y Eduardo Hernández Roque.
La mención que hace el artículo a la “elucubración¨, en realidad ofrece la oportunidad para destacar lo meritorio que resulta el trabajo de los economistas-académicos cubanos. Por otra parte, lo de la “falta de acuerdo entre ellos” ofrece la oportunidad de destacar que el desacuerdo no solamente es un componente normal, sino sobre todo positivo, del debate científico, en cualquier campo de las ciencias.
Los economistas-académicos cubanos deben hacer su trabajo en medio de una lastimosa penuria de datos, y lo hacen razonablemente bien, aunque irracionalmente parecería exigírseles un grado de precisión analítica para la que no existen condiciones de trabajo.
La mínima disponibilidad de estadísticas oficiales publicadas no puede ofrecer una base adecuada para que los economistas-académicos (ni los sociólogos, ni los politólogos, ni los antropólogos, ni los psicólogos, ni nadie) puedan entender con precisión un sistema social complejo como el que se articula alrededor de la multiplicidad cambiaria, lo cual obviamente limita la posibilidad de proponer soluciones. Sin embargo, eso pudiera cambiar muy rápidamente si los políticos decidiesen resolver la penuria informativa que hoy retrasa el trabajo de los científicos sociales.
Háganse públicas las estadísticas empresariales que permitirían “modelar” la rentabilidad bajo diversas variantes de tasas de cambio, los datos sobre niveles de empleo y de ingresos del sector estatal, cooperativo y privado (desagregados por calificación laboral, género, etnia, territorio y edad), el coeficiente de desigualdad (índices de Gini y Palma), el índice de pobreza, el valor de la canasta básica, y la distribución precisa de los subsidios empresariales, entre otros datos necesarios, y con toda seguridad las “elucubraciones” darían paso a variantes de soluciones técnicas detalladas que pudieran ser discutidas de manera razonada.
Sería el colmo pedirles a los economistas-académicos, y a otros científicos sociales, que hagan diagnósticos y que propongan soluciones precisas sin que puedan disponer de los datos que necesitan para su trabajo. Equivaldría a pedirle a un médico que hiciera un diagnóstico cabal y que propusiera un tratamiento efectivo sin haber podido tomar la temperatura, la presión arterial, y sin conocer los resultados del análisis clínico de un paciente.
De hecho, las limitaciones estadísticas actuales que afectan el trabajo de los economistas-académicos empobrecen el propio análisis que -con mayor acceso a datos- pudieran hacer los economistas-funcionarios. El enriquecimiento de un debate entre especialistas se beneficia de la diversidad de criterios.
Una cuestión adicional: aun contando con las estadísticas relevantes, seguramente existirían desacuerdos entre los economistas, pero eso no podría ser considerado como un problema. Es lo que debe esperarse del funcionamiento de las ciencias sociales. Primero, porque no son ciencias exactas. En segundo lugar, porque esa es la manera en la que funciona el análisis económico. El conocimiento sobre la economía se produce por aproximaciones sucesivas a una realidad que se encuentra en constante cambio en sus diversas dimensiones (económica, social, política, e ideológica).
La rentabilidad no es esencialmente un problema de dualidad cambiaria
La segunda imprecisión del artículo que debe aclararse es la relativa al presumible efecto diferenciado que tendría la multiplicidad de tasas de cambio sobre el sector no estatal (supuestamente favorecido) y sobre las empresas estatales (supuestamente desfavorecidas). Refiriéndose a las distorsiones que introduce en la economía nacional la multiplicidad de tasas cambiarias, el artículo plantea que “tales deformaciones favorecen hoy a las formas de gestión no estatales, en detrimento de las empresas estatales”.
Tal noción es incorrecta, al menos por dos razones. En primer lugar, porque lo que funciona “en detrimento” de las empresas estatales no son unas deformaciones generales -enunciadas en abstracto- que operarían mal para esas empresas y que, en cambio, funcionarían bien para el sector no estatal.
Lo que actúa “en detrimento” de las empresas estatales es una deformación muy específica que solo funciona para el caso de las empresas estatales: una tasa de cambio oficial sobrevaluada. Es decir, la deformación concreta que significa tener que operar bajo la ficción administrativa de que un peso cubano (CUP) es tan fuerte como un dólar estadounidense (USD). En realidad, el problema para una parte de las empresas estatales en Cuba no es que existan múltiples tasas de cambio en el país, sino que esas empresas estatales deban utilizar forzosamente una tasa de cambio que es “la peor de todas”.
En segundo lugar, la sobrevaluación de la tasa de cambio oficial (1 USD = 1 CUP) no opera simétricamente para todo el sector estatal. Funciona, principalmente, “en detrimento” de las empresas estatales exportadoras o de las dedicadas a la sustitución de importaciones. Una moneda nacional sobrevaluada encarece las exportaciones y abarata las importaciones. En el caso de una empresa estatal que produzca para el mercado nacional utilizando insumos nacionales, una tasa de cambio oficial sobrevaluada no debe tener un impacto significativo en su rentabilidad. Es decir, no puede hablarse -en general- de que la distorsión de una tasa oficial sobrevaluada afecte por igual a todas las empresas estatales.
Por otra parte, las actividades del sector privado operan sobre la base de una tasa de cambio cuya determinación depende, esencialmente, de las condiciones del mercado y no de un “ukase” administrativo. Se trata de la llamada tasa de cambio de CADECA, concebida para operaciones de cambio al detalle, para individuos. Como se sabe, ninguna actividad del sector privado nacional asume la forma jurídica de una empresa.
A diferencia de las empresas estatales, las actividades del sector privado expresan balances contables que incluyen una tasa de cambio (la de CADECA) que es coherente con una fundamentación económica, y no con una decisión simplemente administrativa. Naturalmente, la tasa de CADECA no refleja toda la correlación entre la oferta y la demanda de divisas del país, ni es una tasa determinada “libremente” por el mercado, pues existe seguimiento por parte del Banco Central y pueden producirse intervenciones de esa entidad reguladora en caso de que fuese necesario. No obstante, comparativamente, la tasa de CADECA parece estar económicamente mejor fundamentada que cualquier otra tasa de cambio en Cuba.
En sentido estricto, las actividades del sector privado no se ven favorecidas por una “deformación” cambiaria. Las actividades privadas funcionan con una tasa de cambio que -en términos relativos- pudiera ser considerada hoy como “la mejor de todas”.
En el caso de Cuba, las empresas estatales y las actividades privadas operan con distintas tasas de cambio. Ni las empresas estatales, ni el sector privado en Cuba, han escogido el entorno institucional dentro del cual deben funcionar. Ese entorno les ha sido “dado” por quien único puede hacerlo: el Estado. La rentabilidad de una actividad económica es el resultado de múltiples factores condicionados por ese entorno, siendo uno de esos factores la tasa de cambio.
Cualquier análisis medianamente objetivo de esos marcos institucionales permitiría entender, rápidamente, que el sector privado nacional funciona con un marco mucho más restrictivo que el que existe para la empresa estatal. El hecho de que el sector privado opere con una tasa de cambio que, al no ser una distorsión, lo “favorece”, debe ser contrastado con los numerosos factores que operan en “detrimento” del sector privado, incluyendo la rusticidad de sus formas institucionales, el inestable entorno regulatorio en que deben funcionar, y la aplicación imprevisible de cambios en las “reglas del juego”, entre otros.
Conviene anotar que la eventual adopción de una tasa de cambio única pudiera representar una devaluación respecto a la tasa de cambio oficial con la que opera hoy la empresa estatal, y probablemente la nueva tasa unificada sería distinta respecto a la tasa de cambio con la que ha funcionado hasta ahora el sector privado. Consecuentemente, una nueva tasa de cambio única pudiera producir efectos negativos no solamente para algunas (no todas) las empresas estatales, sino también para algunas (no todas) las actividades privadas.
Anotaciones finales
El artículo “Moneda difícil” parece sugerir proposiciones que no reflejan adecuadamente la realidad nacional. Es necesario rectificarlas. El entendimiento correcto del tema pudiera ser reformulado de la siguiente manera:
- La “tardanza” de la unificación cambiaria no puede ser explicada a partir de una supuesta falta de confianza en sí mismos por parte de los economistas, que los incapacitaría para hacer propuestas y para alcanzar acuerdos. Los problemas con las decisiones que explican la “tardanza” no son esencialmente de orden técnico, sino político. Es imprescindible entender la complejidad del asunto y también es indispensable poder precisar el plano de análisis donde debe concentrarse el análisis sobre la “tardanza”: el plano político.
- La responsabilidad por corregir las distorsiones derivadas de la multiplicidad cambiaria y de la utilización de una tasa de cambio oficial sobrevaluada corresponde, por tanto, a la esfera política, no a los economistas.
- El trabajo de los economistas-académicos cubanos, en el tema de las tasas de cambio, ha sido encomiable cuando se considera el contexto de lastimosa penuria de datos en el que han debido trabajar. Ese entorno pudiera cambiar muy rápidamente si los políticos decidiesen resolver la penuria informativa que hoy retrasa el trabajo de los científicos sociales.
- No existen en Cuba “deformaciones” generales en materia de tasas de cambio -mencionadas en abstracto- que simultáneamente funcionen en “detrimento” de todas las empresas estatales y que, a la vez, “favorecen” a todo el sector no estatal. Ese es un mito apoyado en un análisis extraviado.
- En Cuba existe un sector de empresas estatales que utiliza una tasa de cambio oficial que va en “detrimento” de la rentabilidad de algunas de esas empresas (no de todas), porque se trata de una tasa de cambio divorciada de la realidad económica. Esa tasa es una “deformación”.
- La tasa de cambio oficial no opera simétricamente “en detrimento” de todas las empresas estatales. Principalmente, funciona “mal” para las empresas exportadoras y para las que sustituyen importaciones.
- Las actividades del sector privado utilizan una tasa de cambio distinta (la de CADECA) que las “favorece” porque es una tasa de cambio económicamente mejor fundamentada, es decir, refleja con mayor fidelidad las condiciones reales del ámbito económico (cambio minorista individual de monedas) para el cual fue establecido esa tasa. La tasa de cambio que utiliza el sector privado no es una “deformación”.
- Si una de las tasas de cambio (la oficial) es una ficción administrativa y la otra tasa (la de CADECA) refleja condiciones de oferta y demanda, no se necesita un análisis muy elaborado para llegar a la conclusión acerca de cuál de esas dos tasas funcionaría más adecuadamente en la determinación de rentabilidades realistas.
- La noción de que existen en Cuba unas “deformaciones” cambiarias generales -enunciadas en abstracto- que parecerían operar con una especie de prejuicio según la forma de propiedad (“malas” para lo estatal y “buenas” para lo privado), es una proposición que no cuenta con evidencia que permita validarla y que, por tanto, no debería ser propagada.
- Es el tipo de fábula pseudo-académica que alimenta el dogmatismo de quienes niegan -en la práctica- la integralidad de un modelo económico reformado en Cuba y que defienden, en cambio, la visión de una economía cubana con “dos velocidades”: un “gran” sector de empresas estatales liderando vínculos selectivos con el capital extranjero, cooperativas y parte de la actividad privada nacional, que coexistiría con un área “zombi” -de baja productividad y de reproducción simple- formado principalmente por el tipo de trabajo por cuenta propia que hoy es autorizado en el país.
Mike L Palomino dice:
Qué va! No hay quien le meta el diente a ese hueso.
¿No se dan cuenta que es muy difícil controlar la economía planificada por unos cuantos seres sociales considerados superiores solo por si filiación política?
Que la economía funcione por células en un tejido social, pero que las células sean libres!
Ya está. La flexibilidad del sistema privado contra la rigidez del estatal, ésa es la verdadera intríngulis económica: Infinitos dueños en vez de unos pocos déspotas…
Pedro Monreal dice:
El problema con ese razonamiento es que el capitalismo actual no funciona con «infinitos dueños»: los 8 individuos mas ricos del planeta tienen tanta riqueza como las 3600 mil millones de personas que representan la mitad mas pobre de la población mundial (los datos son de OXFAM).
Hace pocos años (en 2010), eran 388 los individuos mas ricos que igualaban la riqueza de la mitad mas pobre de la poblacion global.
Francamente, no creo que ese sea el tipo de tejido social que se necesita en Cuba.
La necesidad de construir una economía diversificada en Cuba, en términos de formas de propiedad y de gestion, no tiene que ver con esa flexibilidad de un sistema privado que es capaz de generar tal nivel de desigualdad brutal.
Mike L Palomino dice:
Ok. Si usted lo dice, pues ha de ser así…
jose dario sanchez dice:
Monreal : usted pretende volver a la epoca de los tainos ?? Por ejemplo : en mexico solo participan en el acto economico las transnaionales ?? Por que dogmatizar tanto ?? La competencia entre pequenos, medianos y hasta grandes existe…..por que en Cuba ,no ?? No sigan apostando por el estatismo burocratico !!
Pedro Monreal dice:
Jose Darío, no me queda claro de que parte de mi comentario a Palomino Ud. ha inferido que yo apuesto por el estatismo burocrático. Nada de lo que he escrito sobre la economía cubana tienen que ver con eso. Todo lo contrario.
jose dario sanchez dice:
bueno, pues lo leo en el parrafo que comienza por : » La necesidad de construir una economia diversificada….etc «….
La desigualdad es una meta en el capitalismo, es una mordaza en el socialismo estatista………solo eso !
Jorge Alfonso dice:
Sobre la política económica en Cuba y la Unificación monetaria y fijar nueva taza cambiaria se debe tener en cuenta:
1- La oferta de bienes y servicios a la población no cambia, es un valor constante que solo cambiara con el incremento de la producción y de las importaciones de bienes de consumo.
2- La afirmación de cualquier devaluación de la tasa de cambio del peso cubano CUP 1= 1USD, no es real, es convencional y solo se aplica en empresas que producen y comercializan parte de su producción y servicios en CUP, no se aplica para la población donde 1 CUC= 24 CUP= 1 USD aproximadamente. Tampoco es absoluta la afirmación que de hecho la devaluación del CUP para el sistema empresarial significa el quiebre o afectación de la rentabilidad del 38 % de las Empresas Estatales, en divisas, ya que al existir una taza única de cambio del CUP, una vez eliminada la doble moneda, indicadores de precios de insumos etc. y el valor de la producción también variarían , además se producirían cambios en el salario e ingresos a los trabajadores, y todo esto inicialmente pueden tener valores arbitrarios inicialmente que no provoquen cambios traumáticos ni en la población ni en el sistema empresarias.
3- Es evidente que Unificación monetaria y taza de cambio única para mantener un mejor equilibrio económico se hace necesario eliminar todo tipo de gratuidades y personalizar los subsidios que dejarían de ser aplicados de forma general a toda la población, también se aplicarán pecios reales, acorde con los costos de producción para todos los bienes y servicios, lo que ayudara a mantener el poder adquisitivo de la moneda y los salarios estables cuando se produzcan los obligados incrementos de precios y salarios acorde con la producción, complejidad del trabajo y calificación de forma que el salario sea la motivación de la productividad y el medio por el cual el trabajador podrá solucionar sus necesidades , lo que revalorara el valor del trabajo.
4- Parece imposible que con la desigualdad que existe entre la oferta y la demanda de la población de bienes y servicios sea necesario serrar alguna empresa productiva, todo esas irrentabilidades pueden actualmente deberse a una mala e irrealista política de precios. De lo cual tuve vivencias en la Industria Azucarera y en un ejercicio de cálculos de egresos e ingresos con precios reales dolarizados de productos y materiales consumidos así como precios de todas sus producciones un Ingenio con pérdidas, reflejo significativa rentabilidad.
5- El economista debe entender algo elemental, una empresa Privada, todas sus producciones y servicios se comercializan a precios calculados en CUC, y sus obligaciones fiscales, salariales y partes de gastos en insumos se realizan en CUP a una tasa de cambio de 1 CUC= 24 CUC, lo que lógicamente incide favorablemente en sus utilidades, bajo un sistema comercial de oferta y demanda aplicada bajo condiciones de no competencia a una clientela cautiva. Mientras las Empresas Estatales que vende su producción al estado en precios irrisorios en CUP, y otros ingresos en CUC, tiene que contabilizarlos con una taza de cambio de 1 CUP= 1CUC, lógica, mente está en desventaja, además que sus obligaciones fiscales se cumplen de forma rígida sin artimañas, lo cual no ocurre así en empresas Privadas.
6- Dr. Monreal el problema porque unos utilizan o aplican una tasa cambiaria que los afectas y otros no y salen beneficiados ni si es o no una mala política o quien es el responsable, sino que una vez que se produzca la unificación monetaria y se fije para todos ciudadanos o personas naturales o jurídicas una tasa de cambio única y racionalmente calculada, se aplique una nueva política de precios basado en costos reales de producción o importación, se establezcan nuevas escalas salariales para el estado y sus trabajadores incluido claro los de las empresas, las condiciones competitivas entre las Empresas estatales y Privadas, cooperativas etc. serán más justas y comparables, pues en mi opinión no existen razones insolubles para que las Empresas estatales no sean eficientes.
Pedro Monreal dice:
Muchas gracias por sus comentarios. Le respondo cada punto:
1- La oferta de bienes y servicios sí cambia, lo hace todo el tiempo cuando se produce crecimiento económico. Una de las razones principales por la que debe pasarse de un sistema de tasas múltiples de cambio como el actual (que tiene una tasa de cambio oficial artificialmente sobrevaluada) es precisamente para eliminar distorsiones que afectan el crecimiento económico.
2- Le sugiero, respetuosamente, que lea de nuevo mi artículo. En ninguna parte se dice que la devaluación (la que debe venir) “no es real”, ni que es “convencional”. Tampoco se dice en mi artículo que la tasa oficial 1 X 1 se aplica a la población. Tampoco se absolutiza lo que se dice acerca del porciento de empresas que pudieran pasar a una situación de irrentabilidad en caso de devaluación. En el artículo se aclara bien que se trata del “38 por ciento el número de empresas de la muestra estudiada”. Se hace referencia a una muestra, no se absolutiza nada. Por otra parte, el problema no es asignarle –de manera voluntarista- “valores arbitrarios inicialmente” a los factores económicos. Si se hiciera eso, se mantendrían distorsiones en la economía que al final acaban afectando el desarrollo nacional y el nivel de vida de los ciudadanos.
3- Lo que Ud. afirma en realidad no es nada evidente. El tema de las gratuidades y de los subsidios generales a la población es mucho más complejo de lo que Ud. parece sugerir. Para empezar, el subsidio a las empresas es más de tres veces mayor que el subsidio a la población. Para unificar tasas de cambio no hace falta eliminar subsidios directos a la población (p.ej. la libreta de abastecimientos). No me queda claro a qué se refiere Ud. cuando habla de “gratuidades”. Supongo que no se trate de la educación ni de la salud, que, por cierto, no son gratis para la sociedad. No se pagan directamente por el ciudadano que se beneficia de esos servicios públicos, pero eso se paga con valor creado mediante el trabajo. Respecto a ese tipo de “gratuidades”, mi posición es que deben mantenerse y mejorarse cada vez que ello sea posible. Para unificar tasas de cambio no hace falta eliminarlas.
4- Le sugiero que tome nota de que en Cuba, desde hace tiempo, se han estado cerrando empresas estatales, o “racionalizándolas”. Las razones pueden ser variadas. Ud. menciona el caso de irrentabilidades debidas a malas políticas de precios, pero también hay muchos más factores. El problema es que cuando se devalúe la moneda nacional, las rentabilidades actuales de las empresas se van a alterar (en unos casos seria de manera positiva, en otros de manera negativa). En el caso de las empresas con rentabilidades negativas habrá que tomar una decisión que, de manera general, se movería entre las tres situaciones siguientes: a) se subsidia la empresa, b) se cierra o se racionaliza, y c) una combinación de racionalización y de subsidio. Pero los recursos para subsidiar tienen un límite. El subsidio actual para las empresas es enorme, 14,465 millones de pesos, lo cual es un poco inferior al presupuesto combinado de educación y de salud. No queda mucho más margen para aumentar ese tipo de subsidios empresariales. La cuenta “no da”.
5- Lo que debe entender un economista en Cuba es que -legalmente- no existen empresas privadas de capital nacional. Sobre la creación de condiciones legales para estas se pronunció favorablemente el Informe Central del último Congreso del PCC, pero pasados 18 meses, no se ha materializado. A falta de empresas privadas reconocidas, lo que existen son “actividades” privadas. Ya veo que Ud. comparte el criterio de que existe una especie de injusticia cambiaria que está prejuiciada respecto al tipo de propiedad. No voy a repetirle que no existe evidencia de eso. Me limito a aclararle que una “actividad” privada no es rentable principalmente por la tasa de cambio que utiliza, pues influyen muchos otros factores. ¿No se ha preguntado por qué hay actividades privadas que son rentables y por qué otras actividades privadas no son rentables y quiebran, a pesar de utilizar todas la misma tasa de cambio de CADECA? Una aclaración importante: “artimañas” también hay muchas en el sector estatal. Supongo que esté al tanto de los resultados de las inspecciones de la Contraloría General.
6- Respecto a si la multiplicidad cambiaria que hoy existe es una “mala política”, el propio hecho que desde hace años el gobierno cubano haya decidido eliminarla, creo que es una clara evidencia de que no es una “buena” política. Comenzó a aplicarse en una coyuntura específica y se reconoce su racionalidad en aquellos momentos. No era la única opción posible, pero se decidió políticamente adoptar esa variante y tuvo el efecto deseado en el corto plazo. No obstante, se reconoce desde hace tiempo que su prolongación ha propiciado una serie de distorsiones importantes y que, por tanto, debe ser reemplazada. Obviamente, las empresas estatales pueden ser eficientes. De hecho, muchas lo son. Lo que abordé en mi artículo fue un problema muy específico de la empresa estatal: el posible impacto negativo en la rentabilidad que pudiera derivarse de una devaluación del tipo de cambio oficial, pues considero que el tema no fue bien explicado en el texto “Moneda difícil”.
Jorge Alfonso dice:
Dr. Monreal, cepa que leo mucho sus publicaciones y ademas pienso en sus argumentos e intenciones, valoro mejor sus argumentos que sus intenciones, incluso en algún momento comente que escribe demasiado sobre las bondades de la Empresa Privada y sobre lo negativo de las Empresas estatales y muy poco de la forma de hacer eficiente las Empresas estatales, ese sería el reto mayor y más productivo para la sociedad cubana, su mejor contribución a la sostenibilidad y prosperidad del socialismo en Cuba , para mi sería la consagración de su intelecto en una causa justa, pues a mi juicio cualquier forma de privatización a costa de Financiamiento Estatal y transferencia de medios de producción lo calificaria como la mayor de las estupideces de todas las cometidas en los 57 años de revolución, es tolerable para mi la Empresa Privada de Producción de bienes y cuando va acompañada de inversión de capital, tecnologia y mercado, ninguna otra forma de capitalismo lo considero compatible con nuestro socialismo.
Quiero confesarle que no soy economista, aunque eso ya debe saberlo, pues no siempre manejó correctamente los términos o definiciones de conceptos económicos, solo cuento con tropiezos en ese campo pues como Ingeniero Agrónomo se atrevieron a nombrame administrador, o director general de un Complejo Agroindustrial Azucarero, de lo que me quedó clara experiencia vivida de porque son irrentables las Empresas estatales, incluso llegué a creer que asi quería el Gobierno que así fuera y tuve la oportunidad de compararlo con empresas Privadas que tuve la oportunidad de dirigir en un país capitalista.
Sin pretender debatir con usted sobre el tema pues no estoy preparado para hacerlo me permito hacer algunas observaciones sobre ideas mías no bien expresadas.
1.- debi o quise decir que la oferta de bienes y servicios es un valor conocido, que cambia cuando se incrementa la produccion o las importaciones y eso lógicamente significa cuando hay crecimiento económico como usted replicó.
No aclare que so permite realizar una reforma salarial y de precios que mantenga igual y mejor equilibrado el poder adquisitivo de los trabajadores del estado, ionsidencio positivamente en la eficiencia y productividad de las empresas estatales al lograr o intentar lograr mejor correspondencia entre el trabajo y el salario. Pues el trabajo podría aproximarse mas a su verdadero valor que permitiera satisfacer las necesidades del trabajador y su familia.
2.- No, realmente usted no lo dijo, lo dije yo, que considero que el valor del dinero es un calculo y es algo convencional, no importa cuanta cantidad de dinero se pagó al obrero por su trabajo, lo que importa es cuanto tenemos o tiene el estado para ofrecer para la masa monetaria que se ocasiona con una reforma salarial y de precios, no ocasione una fuerte inflación y que el trabajador logre al menos mantener su nivel de consumo de bienes y servicios. También fui yo el que hizo referencias a las tasas de cambios que utiliza la población y la que utiliza las Empresas estatales, aunque sí, en mi opinión es la segunda ocasión que ese 38 % de empresas que podrían pasar a ser irrentables, y se basó para ello en un informe realizado por la Contraloría general de la República, donde se informa de la mala situación de las empresas auditadas donde un 38 % de ellas estaban mal, no es necesario decirle que la función de la Contraloría no es calificar la situacion Económica de las Empresas que auditan sino su situación contable, todo lo referido al manual de procedimiento, cuentas por pagar y cobrar, siempre referido al control de gastos e ingresos, y fue a lo que ese informe se refirio, a que un 38 % salieron mal en las auditorías realizadas.
3.- Lo que sí es evidente para mi es que haciendo una comparación exhaustiva de precios de Bienes de consumos y servicios a la población entre dos países, Cuba y Nicaragua expresados en dólares, sin considerar la salud, ni la educación y el deporte, pude darme cuenta que ese salario que los enemigos de Cuba Socialista, dentro y fuera fijan en 15 ó 20 dólares, no es real, pues al fijar iguales precios para el consumo de una familia cubana u hogar cubano, el valor de los bienes y servicios que recibe un cubano es de aproximadamente de 280.00 dólares. Y cuando me refiero a gratuidades y precios reales incluyo la energía eléctrica, donde mientras que hoy un hogar cubano paga lo equivalente a 1.5 dólares, en Nicaragua basado en el costo de los Combustibles, Generación, conducción y Distribución mas el IVA, se pagan hasta 50 dolares mas que en cuba, cosa similar ocurre con con el agua y alcantarillado, energía para cocción de los alimentos, telefono etc, y en referencia a la libreta de consumo tema que no toque, mi idea es que hay que fijar salarios mínimos de ingresos familiares para definir a quienes hay que mantener la libreta y quienes deben pasar a pagar el precio real de los productos alimenticios y esa filosofía debe aplicarse a todo aquello donde existen precios simbolicos , de esa forma el consumo de la mayoría de la población puede ser un mercado atractivo para la inversión extranjera, y ademas incidir en el crecimiento económico. Argentina salió de la crisis económica en el gobierno de los anteriores donde en vez de aplicar políticas de choque, se incrementó el consumo de la población y eso disparó la producción.
4.- bueno ahora es usted mucho más abierto, amplia las probabilidades, de todas forma todo dependerá de la forma que se elimine la doble moneda y se fije una tasa de cambio general, de todas formas, si se mantiene un sentido humano y se da participación a que todos tengamos oportunidad de expresar nuestras opiniones las cosas será mucho mejor que el inmovilismo de hoy, o cambios sin prisa pero sin pausas que de todas formas tuvieron que salir corriendo a rectificar.
5.- Mire, la empresa privada del tercer mundo en su mayoría familiares no son todo lo eficientes y productivas que se cree, y esa teoría de que el ojo del amo engorda el caballo, es una mentira que nos vendieron los enemigos de la propiedad social, los primeros esconden sus ineficiencias en la oferta y la demanda, falsa, pues crean carteles para sacar al obrero hasta el último céntimo, tampoco calidad y su atención al cliente destaca.
Tampoco son tan malas e ineficientes todas las empresas estatales, con las cuales aún estamos improvisando, y no se preparan ni existen los cuadros o dirigentes calificados para dirigirlas.
6.- Logico que fue una mala política, que nunca debió aplicarse, como fue peor abandonar el campo que provocó una emigración enorme de trabajadores del campo a la ciudad, y su eliminación para ,o que no existe un momento oportuno debió ser la primera medida a aplicar de los lineamientos y no andarse con medidas cosméticas que terminaron por beneficiar a unos pocos e incrementar hasta duplicar las desigualdades.
Termino diciendo que mi comentario no se refería ni polemisaba sobre su articulo.
Solo me referi a que:
(Sobre la política económica, la unificación monetaria y nueva tasa cambiaria hay que tener en cuenta).
Pedro Monreal dice:
Muchas gracias, Alfonso. Siempre he sostenido que la reforma de la empresa estatal es el componente crucial de la reforma económica en Cuba, por una razón muy práctica: es en ellas donde se concentra la mayor parte de la creación del PIB, del empleo y de los ingresos de los ciudadanos.
El tema acerca de cómo lograr en Cuba empresas estatales eficiente y efectivas (las dos cosas) no es nada nuevo. Es una discusión que siempre se ha producido como parte de un debate económico más amplio, principalmente en relación en el marco de la planificación. Actualmente, existen varios documentos que guían la política oficial respecto a la reforma económica, y todos reconocen, de manera general, que el mercado debe tener un papel creciente y que la economía cubana deberá tener una composición más diversa en cuanto a formas de propiedad y de gestión.
El problema es que tratar de entender de qué manera esa visión general debería transformarse en un proceso concreto, con propuestas específicas, puede implicar diferentes variantes. Una de ellas, es asumir que la casi totalidad de los medios de producción –de propiedad de todo el pueblo- que hoy administra el Estado pudieran ser gestionados con eficiencia y efectividad por las empresas estatales (algo que ahora no ocurre). En esa variante, el sector privado y el cooperativo no tendrían mucho peso en general, probablemente exceptuando la producción agropecuaria.
Otra variante pudiera ser asumir que una parte de esos medios de producción –propiedad de todo el pueblo- pudieran ser mejor gestionados por un sector cooperativo y privado, que también contasen con sus propios activos económicos. De hecho, ello ya ocurre en la agricultura, aunque con resultados modestos, incluyendo la incapacidad que ha existido para poner a producir una enorme cantidad de hectáreas de tierras cultivables que hoy permanecen ociosas. Esta sería una perspectiva en la que la reforma de la empresa estatal y la expansión de entidades privadas y cooperativas funcionarían como las dos caras de una moneda. El asunto es que para que esto se funcione bien se necesitan empresas privadas nacionales y cooperativas que operen como tal. No basta con el modelo actual de trabajo por cuenta propia.
El artículo que escribí se refería principalmente a que una devaluación cambiaria pudiera tener un efecto negativo en un grupo de empresas estatales.
En otros textos he escrito que las empresas estatales deberían estar preparadas para ese posible impacto, ANTES de que ocurra la unificación cambiaria y la devaluación de la moneda nacional que vendría con ello. Mi posición es que esa preparación necesita una perspectiva de la reforma de la empresa estatal, de una parte, y de la expansión del sector privado y cooperativo, de la otra, donde ambas sean vistas como las dos caras de una misma moneda.
Por cierto, la cifra de 38% que menciono se refiere a un estudio de dos economistas cubanas (Vilma Hidalgo y Yahima Doimeadios) y mi texto tiene un link de ese estudio. No se trata de las inspecciones de la Contraloría General, que es la que identificó que 58% de las empresas inspeccionadas se calificaron de “mal y deficiente”.
Termino con una idea para estimular la reflexión: los dos únicos casos conocidos de reforma exitosa de economías socialistas -aunque no exentas de deficiencias y contradicciones- son los de China y Vietnam.
En ambos casos, la reforma de la empresa estatal estuvo acompañada de una notable expansión del sector privado. Obviamente, no se trata de una invitación a copiar modelos. Lo que digo es que la Economía Política (EP) de la reforma del socialismo contemporáneo (una EP basada en hechos concretos) donde se ha desarrollado, es en esos dos países.
Hay lecciones importante –positivas y negativas- que deberían tomarse en cuenta en los análisis que se hacen en Cuba. Seguramente hay quienes dirán que esos dos países no son socialistas; bueno, eso pudiera ser parte de la discusión. En cualquier caso, habría que tomar nota de que las empresas estatales –en países con un esquema político unipartidista y con ideología comunista- más eficientes y más grandes del mundo están en esos dos países. Son, además, dos países donde se ha registrado una mejoría muy notable del nivel de vida de sus ciudadanos.
Jorge Alfonso dice:
Gracias a usted Dr por emplear parte de su tiempo para responderme y enriquecer mis opiniones sobre un tema tan apasionante como lo es la política y la economía en Cuba, hace poco leí creo que en RT, que la economía es una ciencia inexacta y por eso los pronósticos respecto a ella pueden ser tan equivocados como sorprendentes para los economistas, pero supongo que usted sepa eso y coincida con el autor de esa afirmación.
Ahora quiero hacer una aclaración, en su Publicación Reformando a Cuba, usted escribio textualmente:
«Los datos oficiales revelan que seis de cada 10 empresas estatales auditadas por la Contraloría General de la República fueron calificadas de “deficiente y mal” (58 por ciento para ser preciso, según uno de esos informes).
Y siguió argumentando:
El doble impacto resultante de la necesidad de poner en orden las cuentas empresariales, y de la irrentabilidad adicional que supondría una eventual devaluación de la moneda nacional, pudiera significar la “salida” añadida de cientos de miles de trabajadores del sector estatal. El reto al que se enfrentan los funcionarios que deciden la política económica nacional pudiera expresarse de diferentes maneras, pero al final se resume en una sola pregunta: ¿cómo gestionar integralmente la principal fuerza productiva del país –sus trabajadores- ante la incapacidad de la empresa estatal para hacerlo?
Osea que el descuidado fui yo al referirme a un 38% sin antes consultar esta cifra, pero si estaba claro que usted utilizo un informe de la contraloría para relacionar con el que un 58% de las empresas estatales tenían problemas de irrentabilidad.
No lei el estudio de las Economistas Vilma Hidalgo y Yahima Diomedios, tampoco su texto donde hace referencia a él y dónde puedo encontrar el Link en cuestión, por lo que pido por favor diga dónde buscar.
Pero le confieso, que la transparencia a mi juicio es uno de los grandes males de nuestro sistema de gobierno, en los informes de la ONE, y lo que se envían a organismos Internacionales de la ONU como CEPAL y otros, lo que se omite, se informa fuera de fecha y por tanto de contexto es mucho, y generalmente se refiere a aquellos indicadores donde mal andamos, asi ocurre con lo imposible que se hace para analizar secuencias d3e resultados y comparaciones de resultados de unos años con otros, peor aun cuando quieras hacerlo con años de la década de los ochenta.
Es aventurarse a especulaciones cuando hablamos de resultados económicos de las Empresas Estatales cubanas, en primer lugar por que en ellas no existe aplicado el Calculo, Economico Completo, que incluya indicadores como el costo del capital, créditos vencidos, los pasivos laborales, los costos de exceso de inventarios y almacenajes, no se hacen presupuestos o si se hacen no see utilizan como herramienta de análisis constante de cómo marcha el cumplimiento del mismo, el énfasis mayor se realiza alrededor del plan y apesar de haber transcurrido mas de 57 años de revolucion, estudios y calificación de generaciones el conocimientos de nuestros economistas de las Empresas dejan mucho que desear, es común encontrar que en muchas empresas los costos de la producción en proceso no se actualizan mensualmente en cultivos permanentes y en crianza de animales, alterando los costos de producción que se informan de ellos , y cuando la realización pasa de uno a otro años pueden cambiar incluso los resultados finales de una empresa.
Yo solo sé que la tarea tanto en la producción, como en la contabilidad y Economía Empresarial la tarea es titánica.
Como agrónomo le digo que los factores limitantes para el incremento significativo de la producción que permita satisfacer la demanda de la población y duplicar las exportaciones de mercancías son, la falta de mano de obras y de financiamiento, con la paralización de 100 ingenios entramos a un camino cerrado dependiente económicamente del financiamiento extranjero y de regalias para cubrir nuestro déficit presupuestario.
Cambiamos la producción de azúcar ya estable entre 6 y 7.5 a 8 millones de toneladas por el turismo, pasamos de una industria donde se invierte 0.55 dólares por cada dólar de ingreso y pasamos a una industria que requiere invertir como 0.90 cts de dólares por cada dólar de ingresos brutos muy dependiente de la importación extranjera ante la insuficiencia de la producción agrícola, las producciones industriales, la manufactura y la artesania.
Sobre estos aspectos especulo pues la información es incompleta, pero en un hecho que ahora somos más dependientes, y para subsistir tuvimos que echar mano a la venta de servicios profesionales y cerebros y músculos, y en silencio complementar con lo que hoy puede ser el mayor ingreso y aporte al PIB las remesas familiares
Pedro Monreal dice:
Gracias de nuevo, Alfonso, por la oportunidad de intercambiar constructivamente.
El link al artículo de Vilma Hidalgo y Yahima Doimeadios es el siguiente http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-16672016000400155&lng=es&nrm=iso#fn5
También puede acceder a la versión impresa de ese artículo, titulado “Sostenibilidad fiscal. Prioridad en la agenda de transformaciones del modelo económico cubano”, en la revista mexicana Investigación Económica, vol.75 no.298 México oct./dic. 2016.
Me ha resultado muy interesante lo que Ud. ha explicado acerca de la manera concreta en la que se manifiestan en las empresas agropecuarias los problemas relativos al cálculo de los costos de producción.
Una precisión adicional: en el caso de las inspecciones de la Contraloría General, la calificación de “mal y deficiente” no equivale necesariamente a irrentabilidad. Las inspecciones incluyen otros parámetros, de manera que pudiera darse el caso de empresas rentables que fuesen calificadas de “mal” porque hubieran presentado problemas en aspectos como las violaciones de contratos, mala contabilidad, etc.
Jorge Alfonso dice:
Bueno gracias de nuevo, ahora nos estamos entendiendo mejor, con respecto a cómo son las cosas en una Empresa Estatal y lo complejo de calificar su eficiencia económica, entiéndase rentabilidad o irrentabilidad, y las medidas a tomar sobre el tema tiene muchas implicaciones.
Mi pequeña fortaleza al respecto es que viví en el monstruo y conozco sus entrañas pues fui un Agronomo de 35 años de experiencia y un tercio de ellos en cargos administrativos o de dirección, inconforme y polémico porque me juzgaban de ineficiente cuando era víctima de un sistema de control Económico equivocado, y de políticas del Estado o Ministeriales al parecer dirigidas a hacer irrentables la Industria azucarera cubana, que yo sospechaba dirigido a mantener inamovible los salarios y instar a trabajadores y directivos a esforzarse más, luego de dos años como Asesor de la Industria azucarera Estatal en Nicaragüa pude hacer comparaciones y comprender que algo no estaba bien en nuestros Controles Económico ya que todos los CAI de Holguin eran irrentables y eso era algo imposible de entender, muchos empezamos a cuestionar las cosas, nos ayudaron también las Cooperativas de Producción Agropecuarias, tambien inconforme con politicas de precios que nos aplicaban las Empresas de Servicios del MINAZ, todas altamente rentables, supongo que muchas de esas trampas o errores aún subsisten o se asentaron pues ahora un Ingenio es una Unidad Empresarial de Base (UEB), que no cuenta ni con las Locomotoras para llevar la caña a sus molinos pues estas pasaron a el Ministerio de Transporte, y peor ocurre con la UBPC cañeras a quienes una empresa provincial le cosecha la caña, actividad cuya calidad repercute en la producción del próximo año.
Para aportar a su indiscutible calificacion voy a contarle algunas cosas más que atentaban contra la rentabilidad de la Industria Azucarera y pudo influir en la decisión unilateral de desmantales o cierre definitivo de mas de 100 CAI ( Complejos Agroindustriales Azucareros) después del año 2000, incluso cuando estuvo creciendo la economía, y saliamos del período especial aunque ya desde mitad del segundo quinquenio se empezaron a desmantelar algunos ingenios.
1.- El precio del Azúcar y sus derivados no se correspondian con los precios de exportación, ni se individualizan de acuerdo a características específicas de cada Industria, y la calidad de su producto, osea lo mismo se pagaba el Azúcar a un Ingenio a 60 Km del puerto a otro a menos de un Km, incluso yo como director no sabia a quien vendian mi azucar, a qué precio ni el precio quien lo fijaba para nuestro calculos.
2.- El precio del alcohol y los impuestos al mismo hacían insignificante la influencia de su producción para el Ingenio.
3- Nunca vi contabilizada la energia entregada al Sistema Eléctrico nacional.
4.- Cuando entregamos un motor a la planta de reparación centralizada, pudiendo hacerlo en mi empresa que contaba con magnificos Talleres y calificado personal, entregamos el motor sin valor alguno y nos lo cobraban a precios de motor nuevo.
5.- Comunmente los CAI eran el paño de lágrimas del Gobierno Municipal y del PCC, suministramos sin cobro alguno, combustibles, y fuerza de trabajo para construir obras de defensa, Túneles etc. Abasteciamos de agua y energía eléctrica a pueblos del campo, y en muchos casos a parte o toda la cabecera Municipal, se reparaban los caminos y cuanta tarea del gobierno tenemos que apoyarla con nuestros medios aun cuando se afectara la producción.
6.- Muchas cosas de estas siguen ocurriendo, también gran parte de ellas se solucionaron o se realizan sin autorización oficial alguna y aunque siempre tengo alguna informacion actualizada de cómo son las cosas hoy, supongo que se hayan mejorado, pero este mal se produce de una u otra forma en casi todas las empresas grandes del Estado.
Resumo que las Empresas estatales nunca fueron en primerísimo lugar un medio de producción para producir dinero, riquezas, un negocio, muy pocos gerentes o Directores asi la ven, y mucho menos la clase obrera, y es la única diferencia con las Empresas Privadas pero salvables con: Autonomía administrativa y financiera, disciplina, salarios estimulantes en correspondencia con el trabajo en primer lugar para los dirigentes y participación obrera de las utilidades, actualización tecnológica y cientifica, ademas responsabilidad social empresarial presupuestada para mejorar la calidad de vida de la zona donde está enclavada.
Esto ocurre en el capitalismo donde un Gerente rinde cuenta a la Junta Directiva que muchas veces viven en otro país y algunos no conocen la empresa de su propiedad.