
¿Cuál es su análisis sobre las condiciones en las que el gobierno de Estados Unidos ha tomado estas medidas? ¿Está Ud. de acuerdo con ellas?
En las últimas dos semanas, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba han sufrido un duro golpe. El presidente Donald Trump decidió retirar la mayoría del personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana, expulsar a la mayoría de los diplomáticos de la embajada de Cuba en Washington, suspender la emisión de visas para que los cubanos puedan viajar a Estados Unidos, y emitir una alerta de “advertencia de viaje” para desalentar a los residentes en Estados Unidos de visitar Cuba. Todas estas medidas son supuestamente en respuesta a los problemas de salud sufridos por 22 miembros del personal diplomático y sus familiares desde el pasado mes de noviembre. El gobierno de Estados Unidos no ha acusado a Cuba de la responsabilidad por las lesiones debido a que la identidad del atacante -si es que las lesiones son el resultado de ataques intencionales-, sigue siendo desconocida. La excusa utilizada para justificar las sanciones de Estados Unidos es la falta de Cuba para proteger a los miembros de la misión de Estados Unidos, a pesar del hecho de que Cuba ha cooperado con la investigación de Estados Unidos, incluyendo el permitir que el FBI opere e investigue en Cuba.
La verdadera motivación para estas duras sanciones es la oposición del gobierno Trump a la política del presidente Barack Obama de normalizar las relaciones con Cuba, una política que Trump dijo que estaba “cancelando” en un discurso para animar a exiliados cubanos en Miami, en el mes de junio pasado.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias de estos hechos para el estado actual de las relaciones entre los distintos actores no estatales de ambos países?
El daño causado por estas sanciones a las relaciones entre los dos gobiernos es obvio, pero los ciudadanos comunes, tanto en Cuba y los Estados Unidos, sufrirán también. La decisión de retirar a los diplomáticos estadounidenses de La Habana y de suspender el trámite de visas para los cubanos que buscan ingresar a Estados Unidos, tendrá un efecto inmediato en los cubanos que esperan emigrar a Estados Unidos o, simplemente, buscan visitar a sus familiares. La expulsión recíproca de diplomáticos cubanos de Washington significa que los cubano-estadounidenses tendrán más dificultades para visitar a sus familias en la Isla, porque la sección consular de la embajada de Cuba no tendrá suficiente personal. Debido a la suspensión en la tramitación de visados en La Habana, la Administración Trump también hará que sea extremadamente difícil continuar con los programas de intercambio educativo y cultural que han florecido en los últimos años en beneficio de ambos países.
La expulsión de toda la sección comercial de la Embajada de Cuba en Washington es un claro intento de evitar que continúe el desarrollo de las relaciones comerciales entre Cuba y la comunidad empresarial estadounidense. Desde el 17 de diciembre de 2014 varias docenas de empresas de Estados Unidos han firmado acuerdos comerciales con Cuba, y la comunidad de negocios de Estados Unidos ha sido una de las voces políticas más importantes en favor de la normalización de las relaciones. La “línea dura” en Washington, que quiere revertir la política de compromiso con Cuba del presidente Obama, tienen un interés especial en silenciar a la comunidad comercial cortando el acceso al mercado cubano.
La “advertencia de viaje” recomendando a los residentes estadounidenses que no viajen a Cuba disuadirá a algunos visitantes de Estados Unidos de ir a la Isla. Desde 2014, el número de visitantes no cubanoamericanos ha crecido de manera espectacular, aumentando en un 77 por ciento en 2015 y otro 74 por ciento en 2016. El aumento de los viajes ha apoyado el desarrollo del sector privado cubano, especialmente restaurantes privados y casas de huéspedes particulares. La reducción del número de viajeros de Estados Unidos va a causar un daño directo a los empresarios y a todos los otros cubanos conectados a los miembros de las empresas familiares, proveedores y empleados.
¿Cree usted que existe la voluntad política de ambos gobiernos para superar este obstáculo, o es el comienzo del deterioro (de nuevo) de la relación bilateral?
El presidente Trump llegó al poder después de haber criticado, durante su campaña, la política de normalizar las relaciones con Cuba del presidente Obama, y prometió a los conservadores cubanoamericanos en la Florida que iba a revertirla. Sin embargo, durante la revisión de la política de la nueva Administración, descubrieron un amplio apoyo para las relaciones. El pueblo estadounidense, incluyendo la mayoría de los cubanoamericanos, apoyó el acercamiento. La comunidad empresarial también lo apoyó, al igual que los aliados de Estados Unidos. La propia burocracia gubernamental apoyó la política de Obama porque fue muy exitosa en los dos años posteriores a 2014. La oposición para revertir la política de Obama fue lo suficientemente fuerte como para forzar un debate dentro de la Administración Trump acerca de qué hacer. El resultado fue un compromiso. El 16 de junio de 2017, Trump pronunció un discurso muy duro en Miami, lleno de retórica de Guerra Fría, pero las sanciones económicas reales que anunció fueron muy limitadas.
Los problemas de salud experimentados por diplomáticos estadounidenses han creado una oportunidad para los oponentes del acercamiento (como es el caso del senador Marco Rubio), para volver a abrir el debate sobre la política hacia Cuba e imponer nuevas sanciones con el pretexto de que están destinados a proteger a diplomáticos de Estados Unidos. Desafortunadamente, no será fácil de revertir el daño hecho a las relaciones bilaterales después de que el problema de salud se resuelva. La Administración Trump no tiene intención de mejorar las relaciones con Cuba; la única pregunta, desde el principio, ha sido cuánto de la política de Obama sería revertida.
¿Cómo influiría este conflicto en el nuevo gobierno cubano que asumirá en 2018?
Ahora parece que el nuevo presidente de Cuba enfrentará una relación con Estados Unidos que está tensa y estancada. El avance sobre cuestiones de interés mutuo se estancó como consecuencia de la negativa de Washington de enviar delegaciones a La Habana para continuar las discusiones iniciadas por Obama. Los intercambios de persona a persona (people to people) se verán gravemente afectados por las restricciones de viaje causadas por la dificultad de obtener visados. Las relaciones comerciales se estancarán como resultado de la dificultad en las comunicaciones y las nuevas regulaciones adoptadas por Trump en junio. El nuevo Presidente de Cuba no podrá contar con los beneficios económicos de incrementar el comercio y el turismo que las buenas relaciones con Estados Unidos proporcionarían. Esto significa que Cuba tendrá que proceder a la “actualización” de la economía en circunstancias menos favorables de las que habría podido afrontar si las relaciones se hubieran mantenido positivas. Pero Cuba tiene medio siglo de experiencia sobreviviendo a la hostilidad estadounidense.
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Domingo Amuchástegui: “Lo que buscan es el colapso económico, político y social en Cuba”
Michael J. Bustamante: “Me cuesta trabajo entender la expulsión de los diplomáticos cubanos”
Geoff Thale: “The size of the personnel cut looks a lot like a punitive measure, not a safety one”